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   Masonería

Masonería Filosófica del Rito de York de la República del Perú

 

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LA PERSONA QUE NO ESTÁ EN PAZ CONSIGO MISMA, SERÁ UNA PERSONA EN GUERRA CON EL MUNDO ENTERO.

MAHATMA GANDHI

HISTORIA DE LA MASONERIA

Dejando a un lado muchos y muy antiguos antecedentes históricos de la masonería, oscuros e inconexos, señalaremos aquí que la masonería surgió de las corporaciones de obreros de la construcción en la Edad Media. Los canteros alemanes y los constructores ingleses de esos tiempos no constituían únicamente asociaciones de oficios (guildos), sino verdaderas hermandades en donde se enseñaba y ejercitaba una teoría secreta de sus respectivas artes y oficios. Muchos autores han probado que los masones no han inventado su liturgia y sus símbolos, y que tampoco los han copiado de otras sociedades secretas arcaicas, sino que les han sido trasmitidos, por sucesión directa, de las sociedades gremiales de que proceden.

Se pretende que la masonería es tan antigua que ya existía y se practicaba en las pirámides de Egipto, en los templos de la India , en las cavernas de los Esenios, en las criptas secretas de los Mayas, en la Academia de Pitágoras y en muchas otras sociedades iniciáticas de muy remota antigúedad. Las semejanzas, reales o imaginadas, con los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en esos remotos tiempos, demuestran que la masonería llena una íntima necesidad del espíritu humano, cual es la de buscar la superación personal y encauzar las potencialidades individuales hacia el bien común. No es pues, la lógica de las técnicas y métodos que son más eficaces para lograr la evolución interna en el hombre. Que estas técnicas no hayan variado grandemente en el curso de varios milenios no debe extrañarnos, ya que los antropólogos y etnólogos han demostrado que el hombre sigue siendo esencialmente semejante en sus manifestaciones mentales y afectivas desde que es hombre, a pesar de todas las modificaciones ambientales que ha logrado la civilización.

La masonería, en su forma actual, tomá cuerpo en Inglaterra a fines del siglo XVII. Con anterioridad, existían en Alemania, Francia e Italia las cofradías de constructores, o masones, en donde se enseñaban no solamente las artes y las ciencias que debía dominar un maestro constructor, sino que se impartían principios de moral y buena conducta, que garantizaran la armonía dentro de las corporaciones. Los lustros de duración de las monumentales obras que ejecutaban los masones (entre las cuales se cuentan las más preciadas joyas del estilo gótico) favorecían que se estableciesen relaciones muy estrechas entre los numerosos artistas y obreros, los cuales formaban verdaderos equipos bajo la dirección de sus grandes maestros arquitectos, que eran solicitados para ejecutar obras en ciudades distantes y en diferentes países. Natural es que, en sus viajes, buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profesión, también agremiados en cofradías, y que asistiesen a las reuniones de sus logias. De esta necesidad de viajar y ser reconocidos y atendidos, como de las precauciones que cada agrupación debía tomar para no admitir entre sus miembros a un operario que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar en su beneficio personal los conocimientos, técnicos que se impartían en las logias, surgieron los signos secretos de reconocimiento, la jerarquización en tres grados, con obligaciones y prerrogativas distintas, y el sigilo y discreción para realizar las reuniones de masones.

El nombre de francmasón, derivado de la palabra freemason, y que significa masón libre, se daba a los constructores que tenían libertad para contratar sus servicios con cualquier persona y en cualquier país, a diferencia de los que estaban al servicio exclusivo de algún noble, prelado eclesiástico o monarca. Estos últimos, desde luego, no precisaban de signos de reconocimiento, ni de todas las demás cosas que caracterizaban a las logias de masones.

Por la necesidad de viajar y de conocer diversos países y costumbres, los masones tuvieron contacto con distintas maneras de pensar y diferentes organizaciones políticas, lo cual les confirió un punto de vista excepcionalmente amplio hacia los problemas religiosos, filosóficos, económicos, sociales y políticos de su época. Hubieron de admitir, con igualdad de razas, y esto sentó las bases a los principios humanistas de la naciente Orden.

En los siglos X, XII y XIV, se emprendieron en Escocia e Inglaterra grandes obras, y para su realización se importaron constructores alemanes, quienes llevaron consigo los usos y costumbres de las logias alemanas. A su influjo, nacieron las logias escocesas e inglesas.

Hacia principios del siglo XVIII, la construcción había decaído grandemente y, consecuentemente, languidecían las logias de los masones operativos; entonces, en 1717, se constituyó Londres en una Gran Logia, bajo el patrocinio de un grupo de hombres de gran ilustración, que veían con pena la decadencia de las logias de constructores. Fue entonces cuando nació, propiamente, la masonería de nuestros tiempos, la cual ha conservado cuidadosamente el espíritu de las antiguas cofradías, sus principios constitucionales y los usos y costumbres tradicionales, apartándose de la construcción material. Admitiá en sus filas a hombres de todos los oficios y condición social, a la vez que daba una interpretación elevada y filosífica a sus símbolos; así, la masonería adquirió un carácter más amplio, susceptible de extenderse por todo el mundo.

Al ser electo Jorge Payne para cargo de Gran Maestro, emprendió la meritoria tarea de reunir todos los preceptos existentes y formar una colección de 39 ordenanzas generales, que fueron revisadas por el Dr. James Anderson, teólogo e historiador, y sirvieron de base a la Constitución publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la masonería.

Prosperó, a partir de ese momento, la Orden , contando entre sus iniciados a distinguidos miembros de la nobleza y de la familia real de Inglaterra. Entre 1739 y 1772, surgieron ciertas desavenencias internas que dieron origen a su separación en dos ritos: el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito de York, o del Real Arco.

De Inglaterra, la nueva masonería se extendió rápidamente a otros países. En Francia apareció entre 1721 y 1732 y alcanzó un auge inusitado. Se formaron nuevos ritos y se crearon grados filosóficos, siendo ésta, al principio, una innovación mal recibida en los demés países, ya que infringía los Antiguos Límites que únicamente establecían los primeros tres grados.

La masonería francesa ha contado entre sus miembros a distinguidas personalidades, como Voltaire, Rousseau, Condorcet, Víctor Hugo, Gambetta, Herriot, Dantón, Marat, Alejandro Dumas, Napoleón Bonaparte, Emilio Zolé y muchos más. En las logias masónicas se gestó la Revolución Francesa , y de los principios masónicos se sirvieron los revolucionarios como bandera en la lucha contra la tiranía.

Entre los masones más distinguidos mencionamos a Federico el Grande de Prusia, Francisco I de Austria, Goethe, Mozart, Beethoven, Wagner, Benjamín Franklin, Jorge Washington, el Conde de Lafayette, Tomás Jefferson, Abraham Lincoln, Américo Vespucio, Leonardo de Vinci, Gral. Prim. Francisco Javier Mina, Emilio Castelar, Simón Bolívar, José Martí, Bernardo O'Higgins, José de San Martín, Antonio José de Sucre, José Ma. Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, Don Guadalupe Victoria, Agustín de Iturbide, Valentín Gómez Farías, Nicolás Bravo, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Ignacio M. Altamirano, Juan de Dios Peza, Amado Nervo, Ignacio Rarmírez, Alfredo Chavero, el Barón de Humboldt, Francisco I. Madero, José Ma. Pino Suárez y muchos otros más.

La masonería ha tenido en México un glorioso historial de gestas libertarias, y ella ha sido la inspiradora de nuestros movimientos políticos e ideológicos de mayor trascendencia. Sin temor a exagerar, podemos decir que los masones mexicanos dieron a nuestra patria la Independencia , las leyes de Reforma y la Revolución de 1910, y que siempre que ha sido necesario combatir por nuestra mexicanidad y por los derechos del hombre, han sido los primeros en ofrendar su pecho y su pensamiento en defensa de nuestra soberanía y libertad.

En la actualidad, en todos los países del mundo tiene raíces profundas las masonería y cuenta con mayor número de miembros que cualquier otra sociedad internacional de este tipo.

Las fuerzas renovadoras que han actuado dentro de ella, en nuestro país, la han modernizado y cohonestado con los adelantos de nuestro tiempo, y se observa una saludable tendencia a incorporar a sus técnicas y enseñanzas los descubrimientos más modernos de la ciencia.

De esta manera, la masonería evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir siendo la fuente de donde brota la fuerza renovadora del pensamiento humano.

 

Ahora según fuentes Católicas.

I. NOMBRE Y DEFINICIÓN

Dejando de lado diversas derivaciones imaginativas podemos trazar la palabra masón al francés mason (en latín matio o machio), "un edificador de muros" o "un labrador de piedras" (cf. del alemán Steinmetz, de metzen, "cortar"; y del holandés vrijmetselaar.

El término compuesto Francmasón se da por primera vez en 1375 -- según un escrito, se da aun antes de 1155 [1] -- y, contradiciendo a Gould [2] se refiere principalmente a un masón (albañil) de gran habilidad, aunque más tarde también designó a aquel que disfrutaba de la libertad, o del privilegio de ser miembro de una cofradía del gremio. [3] El primer significado normalmente deriva de libre albañil labrador de piedra, que era un albañil que esculpe con hacha o construye con piedra (ornamental) labrada en oposición a un albañil tosco (piedra no labrada). [4] Esta deducción, aunque concuerde con el significado del término, pareció inaceptable a algunos eruditos. Así que Speth propuso interpretar la palabra francmasones como referente a aquellos masones que reivindicaban la exención de la autoridad de las cofradías locales en las ciudades donde temporalmente se establecían. [5] De acuerdo con esta sugerencia el "Nuevo Diccionario Inglés de la Sociedad Filológica " (Oxford, 1898) favorisa la interpretación de francmasones como artesanos expertos, emancipados, según la práctica medieval, de las restricciones y del control de las cofradías locales, de tal manera que podían viajar y prestar servicios, dondequiera que cualquier gran edificio (catedral, etc.) estuviera siendo construido. Estos francmasones formaron un gremio universal para ellos mismos, con un sistema de señas secretas y contraseñas por las que un artesano, que había sido admitido por haber demostrado la competencia de su arte, podía ser reconocido. A la decadencia de la arquitectura gótica este gremio fusionó con las cofradías de masones. [6]

Ulteriormente W. Begemann [7] combatió la opinión de Speth [8] como completamente hipotética, diciendo que el termino francmasón designó originalmente a masones particularmente hábiles que trabajaban la piedra labrada, que eran necesarios durante la época de la más espléndida evolución de la arquitectura gótica, y nada más. En la ley inglesa la palabra francmasón es mencionada por primera vez en 1495, mientras que "Frank-mason" se encuentra ya en una Acta de 1444-1445. [9] Más tarde, francmasón y masón se utilizaron como términos equivalentes. El significado moderno de Francmasonería con el que, desde aproximadamente 1750, la palabra ha sido universalmente y exclusivamente conocida, data solamente de la constitución de la Gran Logia de Inglaterra en 1717. En esta acepción, y según los rituales oficiales del gremio inglés, escocés, americano, etc., la Francmasonería es más generalmente definida como: "Un peculiar [algunos dicen "particular" o "bello"] sistema de moralidad disimulado en alegorías e ilustrado por símbolos". Mackey [10] declara que la mejor definición de Francmasonería es: "Una ciencia comprometida en la búsqueda de la verdad divina". La enciclopedia alemana de Francmasonería, "Handbuch" [11] define Francmasonería como "la actividad de hombres estrechamente unidos que, empleando formas simbólicas tomadas principalmente del oficio de albañil y del trabajo de arquitectura, trabajan por el bienestar de la humanidad, esforzándose moralmente para ennoblecerse ellos mismos y a los demás y así crear una liga universal de humanidad [Menschheitsbund], que ellos aspiran a exhibir aun ahora en pequeña escala". Las tres ediciones que este "Handbuch" (Manual Universal de Francmasonería) ha tenido desde 1822 han sido declaradas por críticos Masones anglófonos como la más valiosa y mejor Enciclopedia Masónica nunca publicada. [12]

II. ORIGEN E HISTORIA TEMPRANA

Antes de entrar en ésta y en las siguientes divisiones de nuestro tema es necesario establecer como premisa que la naturaleza misma de la Francmasonería como una sociedad secreta hace difícil el tener certeza aun de sus documentos y autoridades reputados, y por consiguiente hemos consultado sólo aquellos que son reconocidos y recomendados por miembros responsables de la sociedad, como declaramos en la bibliografía añadida a este artículo. "Es el oprobio de la Francmasonería ", dice Mackey [13]

que su historia nunca se haya escrito con un espíritu de verdad crítica; que la credulidad. . . ha sido la fundación sobre la que se han establecido todas las investigaciones masónicas históricas,. . . que los eslabones perdidos de una cadena de evidencia han sido suministrados con frecuencia por invenciones gratuitas y que se han sostenido, descuidadamente, declaraciones de enorme importancia por el testimonio de documentos cuya autenticidad no ha sido demostrada.

"La parte histórica de archivos antiguos", añade l [14]

escritos por Anderson, Preston, Smith, Calcott y otros escritores de esa generación, fue poco más que una colección de fábulas tan absurdas que provocan la sonrisa del lector.

Los gérmenes de casi todas estas teorías fantásticas están contenidos en "Las Constituciones de los Francmasones" de Anderson (1723, 1738) que hacen a la Francmasonería coexistente con la geometría y con las artes basadas en ella; sugiere que Dios, el Gran Arquitecto, fundó la Francmasonería , y que esta tuvo por patrones a Adán, los Patriarcas, los reyes y filósofos de antaño. Incluso Jesucristo es incluido en la lista como Gran Maestro de la Iglesia Cristiana. La Masonería es creditada con la construcción del Arca de Noé, la Torre de Babel, las Pirámides, y el Templo de Salomón. Autores ulteriores localizan el origen de la Masonería en los misterios egipcios, Dionisiacos, de Eleusis, Mitraico, y Druídico; en sectas y escuelas tales como las de los Pitagóricos, Esenios, Caldeos, las del Zoroastrismo, y las del Agnosticismo; en las sociedades Evangélicas que precedieron la Reforma ; en las órdenes de caballería (Juanistas, Templarios); entre los alquimistas, Rosacruces, y Cabalistas; en sociedades secretas chinas y árabes. Se afirma además que Pitágoras fundó la institución Druídica y por lo tanto que la Masonería probablemente existía en Inglaterra 500 años antes de la Era Cristiana. Algunos autores, considerando descubrimientos geológicos como emblemas Masónicos, hacen remontar la Masonería al Período Mioceno (?) [15] mientras que otros pretenden que la ciencia Masónica "existía antes de la creación de este globo, diseminada entre los muchos sistemas con los que el gran imperio del espacio universal esta provisto". [16]

No es entonces difícil imaginar que el intentar demostrar la antigúedad de la Francmasonería con evidencia proporcionada por tales monumentos del pasado como las Pirámides y el Obelisco (llevado a Nueva York en 1879) deberían haber dado por resultado una vasta literatura acerca de estos objetos. [17] Aunque muchos masones inteligentes estiman estas reivindicaciones como sin fundamento, la mayoría del gremio [18] todavía acepta la declaración contenida en el "Cargo" después de la iniciación: "Antigua sin ninguna duda es, habiendo subsistido desde tiempo inmemorial. En cada era monarcas [rituales americanos: "los más grandes y mejores hombres de todos los tiempos"] han sido promotores del arte, no han creído derogatorio a su dignidad el cambiar el cetro por la paleta, han participado de nuestros misterios y se han reunido nuestras asambleas". [19] es verdad que en tiempos antiguos, caballeros que no eran ni masones operativos ni arquitectos, los así llamados masones geomáticos [20] se reunían con los masones operativos, o dogmáticos, en sus logias, observaban las ceremonias de admisión, y conocían sus señas de reconocimiento. Pero esta Masonería no es de ninguna manera la Masonería "especulativa" de los tiempos modernos, i.e., un método sistemático de enseñanza de la moralidad por medio de tales principios de símbolos según los principios de la Francmasonería moderna despuús de 1723. Tal como las mejores autoridades alemanas lo admiten [21] la Masonería especulativa empezó con la fundación de la Gran Logia de Inglaterra, el 24 de junio de 1717, y su organización esencial se completó en 1722 con la adopción del nuevo "Libro de Constituciones" y de los tres grados: aprendiz, compañero, maestro. Todas las más competentes y más concienzudas investigaciones por expertos historiadores Masónicos demuestran que, en 1717, las antiguas logias habían casi dejado de existir. Las nuevas logias empezaron como sociedades conviviales, y su distintivo espíritu Masónico solo se desarrolló poco a poco. Este espíritu, en fin, tal como se exhibió en las nuevas constituciones estuvo en contradicción con aquel que animaba a los primeros masones. Estos hechos demuestran que la Masonería moderna no es, como Gould [22] Hughan [23] y Mackey [24] pretenden, una renovación del antiguo sistema, sino que es un nuevo orden de ninguna manera más antiguo que el primer cuarto del siglo XVIII.

III. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y ESPIRITU

Ha habido muchas controversias entre masones acerca de los puntos esenciales de la Masonería. Masones anglófonos los llaman "linderos", un término tomado del Deuteronomio 19:14, que significa "los límites de la libertad Masónica", o los límites inalterables dentro de los que todo albañil tiene que confinarse a sí mismo. Mackey [25] no estipula menos de veinticinco linderos. El mismo número es adoptado por Whitehead [26] "como la medula de las investigaciones de los autores masones más hábiles". Los principales de ellos son [27]

el método de reconocimiento por señas secretas, palabras, apretones de manos, pasos, etc.;

los tres grados incluso el Arco Real;

la leyenda de Hiram del tercer grado;

el correcto "tejado" de la logia contra "lluvia" y "nieve", i.e., contra hombres y mujeres "cowans", o sea los que escuchan escondidos, i.e., intrusos profanos;

el derecho que cada Masón regualr tiene de visitar cada logia regular en el mundo;

la creencia en la existencia de Dios y en la vida futura;

el Volumen de la Ley Sagrada ;

la igualdad de los masones en la logia;

el secreto;

el método simbólico de enseñanza;

la inviolabilidad de los linderos.

En verdad no hay ninguna autoridad en La Francmasonería para constituir tales linderos o leyes fundamentales "invariables". Estricta y judicialmente, incluso los "Antiguos Cargos", que, según las "Constituciones" de Anderson, contienen las leyes inalterables, tienen un carácter legal obligatorio únicamente si están incluidas en el "Libro de la Constitución " de cada Gran Logia. [28] Pero en práctica existen ciertas características que son universalmente consideradas como esenciales. Tales son los principios fundamentales descritos en el primero y sexto artículos de los "Antiguos Cargos" concernientes a la religión, en los textos de las dos primeras ediciones en ingles (1723 y 1738) de las "Constituciones" de Anderson. Estos textos, a pesar de diferir ligeramente, son idénticos en su significado esencial. El de 1723 es el texto original restaurado por la Gran Logia de Inglaterra en las ediciones de las "Constituciones", 1756-1813, e introducido más tarde en el "Libro de las Constituciones" de casi todas las otras Grandes Logias, es el más autorizado; pero el texto de 1738, que fue adoptado y usado por mucho tiempo por muchas Grandes Logias, es también de gran importancia por sí mismo y como una ilustración más amplia del texto de 1723.

En este último, el primer artículo de los "Antiguos Cargos" que contiene la ley fundamental y la esencia de La Francmasonería moderna dice (se da el texto precisamente como impreso en el original de 1723):

I. Acerca de Dios y la Religión. Un Masón esta obligado, por el ejercicio de su cargo, a obedecer la ley moral: y si entiende correctamente el Arte, nunca será un estúpido Ateo [letras góticas] ni un Libertino irreligioso [letras góticas]. Pero aunque en tiempos anteriores los masones de cada país debían pertenecer a la religión de ese país o nación, cualquiera que fuera, ahora se piensa que es más conveniente que sólo se les obligue a seguir aquella religión con la que todos los hombres están de acuerdo, dejándoles sus Opiniones particulares a sí mismos: esto es, ser hombres buenos y verdaderos o Hombres de Honor y Honestidad, por cualesquiera Denominaciones o Convicciones con las que se distingan; por lo que la Masonería llega a ser el Centro de Unión y el medio de conciliar una Amistad verdadera entre personas que deberían haberse quedado a una perpetua distancia.

Bajo el Artículo VI, 2 (el comportamiento del Masón después de que la logia se ha cerrado y los hermanos no se han ido) se agregó:

Para conservar la paz y la armonía, ningún resentimiento privado ni riñas se deben traer al interior de la logia, mucho menos una reyerta cualquiera acerca de Religión o Naciones o Política Estatal, puesto que sólo somos, como masones, de la Religión Catholick , antes mencionada, somos también de todas las Naciones, Lenguas, Afinidades e Idiomas y estamos decididos en contra de toda Política [impreso en el original en letras góticas] puesto que hasta hoy nunca ha conducido al

bienestar de la logia y nunca lo hará. Este mandato ha sido siempre estrictamente ordenado y observado; pero especialmente desde la Reforma en Gran Bretaña o del disentimiento y secesión de estas Naciones de la unión de Roma.

En el texto de 1738 los mismos artículos dicen (las diferencias del de 1723 están en cursivas):

I. Acerca de Dios y la Religión. Un Masón esta obligado por el ejercicio de su cargo a observar la ley moral como un verdadero Noahida (hijo de Noé, el primer nombre de los Francmasones) y si entiende correctamente el oficio, nunca será un estúpido ateo ni un libertino irreligioso ni actuara en contra de su conciencia. En tiempos antiguos los masones Cristianos estaban encargados de cumplir con las costumbres cristianas de cada país donde viajaban o trabajaban; pero siendo que la Masonería se encuentra en todas las naciones, incluso de religiones diferentes, están ahora generalmente encargados de adherir a esa religión, en la que todos los hombres están de acuerdo, (dejando a cada Hermano su propia opinión particular), o sea, ser hombres buenos y verdaderos, hombres de honor y honestidad, sin importar los nombres, religiones o convicciones que los distingan; porque todos ellos están de acuerdo con los tres grandes artículos de Noé, bastante para mantener el cemento de la logia. Así la Masonería es el centro de su unión y la feliz manera de conciliar la verdadera amistad entre personas que de otra manera deberían haberse quedado a una perpetua distancia.

VI. 1. Comportamiento en la logia antes de cerrar: Ningún . . . resentimiento privado ni disputa sobre nación, familia, religión o política debe, por ningún motivo ni bajo ningún tono ni el pretexto que sea, ser traída dentro de las puertas de la logia; ya que como masones somos de la más antigua religión católica, antes mencionada, y de todas las naciones en la escuadra, el nivel y la plomada; y como nuestros predecesores de todos los tiempos estamos decidimos en contra de las disputas políticas, ya que son contrarias a la paz y al bienestar de la logia.

Para apreciar debidamente estos textos que describen la Francmasoneria moderna "especulativa" es necesario compararlos con los requerimientos correspondientes de las Constituciones "Góticas" (Cristianas) que reglamentaban las antiguas logias de la Masonería "operativa" hasta y después de 1747. Estos requerimientos están uniformemente resumidos en las sencillas palabras: "El primer encargo es éste, que sean fieles a Dios y a la Santa Iglesia y no incurran en error o herejía". [29] El radical contraste entre los dos tipos es evidente. Aun cuando un Masón, de acuerdo a la Antigua Constitución , se encontraba, ante todo, obligado a ser fiel a Dios y a la Iglesia , evitando herejías, sus obligaciones "religiosas", según el nuevo texto, se reducían esencialmente a la observación de la "ley moral" resumida prácticamente en los principios de "honor y honestidad" en los que "todos los hombres están de acuerdo". Esta "religión universal de la Humanidad " que gradualmente elimina las accidentales divisiones de la humanidad debidas a opiniones particulares "o religiosas", y a los "prejuicios" nacionales y sociales, debe ser el vínculo de unión entre los hombres en la sociedad Masónica, concebida como el modelo de asociación humana en general. "Humanidad" es el término usado para designar al principio esencial de la Masonería. [30] Aparece en un discurso Masónico de 1747. [31] Otras consignas son "tolerancia", "no-sectarismo", "cosmopolita". El carácter cristiano de la sociedad bajo el régimen operativo de siglos pasados, dice Hughan [32] "se cambió por las reglas no-sectarias que debían incluir bajo su manto a los creyentes de todas las sectas, sin consideración por sus diferencias de color o región, con tal de que se observaran las sencillas condiciones de moralidad, edad madura y un voto aceptado". [33] En la Masonería Continental las mismas nociones son expresadas con las palabras "neutralidad", "la�cit�", "Confessionslosigkeit", etc. En el texto de 1738 un énfasis particular se pone en la "libertad de conciencia" y se acentía el carácter universal, no-cristiano de la Masonería. El Masón es llamado un "verdadero Noahida", i.e. un seguidor del sistema pre-cristiano y pre-mosaico de la humanidad indivisa. Los " 3 artículos de No" eran muy probablemente "los deberes para con Dios, para con el vecino y para consigo mismo" inculcados desde los tiempos más antiguos en el "Encargo a un Hermano recién recibido". Pueden también hacer referencia al "amor fraterno, auxilio y verdad", con la "religión" generalmente definida como el "gran cemento" de la fraternidad y llamada por Mackey [34] "la consigna de nuestra orden y la característica de nuestra profesión".

De los masones antiguos ya no se dice que estaban obligados a "ser de la religión" sino solamente a "cumplir con las costumbres cristianas de cada país". La designación de la así llamada religión "no sectaria" como la "antigua catholick" descubre el intento de contraponer esta religión de "Humanidad" a la Católica Romana como la única verdadera, genuina, y originalmente católica. Se da a entender también el carácter no sectario de la Masonería en la era escogida en la página del título: "En el año 5723 de la Masonería " y en la "Historia". Sobre la "Historia" Anderson mismo comenta en el prólogo (1738):

Sólo un Hermano experimentado, según la verdadera luz, puede hallar sin esfuerzo muchas convenientes alusiones en casi cada página de este libro las cuales "Cowans" y otros no iniciados (incluso entre masones) no pueden percibir.

Así, concluye Krause [35] la "Historia" de Anderson esta alegóricamente escrita en "lenguaje codificado". Por eso, lejos de ser "simples alusiones pueriles a secretos de poca importancia", la tendencia general de esta "Historia" es el exhibir el "no sectarismo" de la Masonería.

Dos puntos merecen mención especial: las declaraciones sobre los estilos de arquitectura "Augusto" y "Gótico" y la identificación de la Masonería con la geometría. El "Augusto", al que se alaba por encima de todos los otros estilos, se refiere al "Humanismo", mientras que el "Gótico" al que se culpa de ignorancia y estrechez de espíritu, se refiere a la ortodoxia cristiana y en particular a la católica romana. La identificación de la Masonería con la geometría pone de manifiesto el carácter naturalista de la anterior. Como la Sociedad Real , de la que una grande y muy influyente proporción de los primeros Francmasones eran miembros [36], la Masonería profesa el método geométrico empírico, o "positivista", de razonamiento y deducción en la investigación de la verdad. [37] En general parece ser que los fundadores de la Masonería pensaron seguir los mismos métodos para sus designios sociales que los que fueron escogidos por la Sociedad Real para sus investigaciones científicas. [38] " La Geometría como método se recomienda particularmente a la atención de los masones". "Bajo esta luz, la Geometría puede muy bien considerarse como una lógica natural; puesto que la verdad es siempre consistente, invariable y uniforme, todas las verdades se pueden investigar de la misma manera. Las definiciones morales y religiosas, los axiomas y las proposiciones tienen una regular y cierta dependencia los unos en los otros tal como cualquiera en física o matemáticas". "Permítanme recomendarles que persigan tal saber y cultiven tales preceptos de manera a afianzar el respeto Fraternal de esta sociedad y el honor de su futura promoción dentro de ella". [39] Es tan sólo por inconsistencia que algunas Grandes Logias de América del Norte insisten en creer en la inspiración Divina de la Biblia como una cualidad necesaria y que no pocos masones en América y Alemania declaran la Masonería esencialmente como una "institución cristiana". Según las Grandes Logias Alemanas, Cristo es solamente "el sabio y poderoso hombre puro" par excellence, el principal modelo y maestro de "Humanidad". [40] En el sistema sueco, practicado por la Gran Logia del País Alemán, se dice que Cristo enseña, además de la doctrina cristiana exotérica destinada al pueblo y a la más torpe muchedumbre de sus discípulos, una doctrina esotérica para sus discípulos escogidos, tales como San Juan, en la que negó que El fuera Dios. [41] La Francmasonería , se dice, desciende de la sociedad secreta cristiana, en la que se propagó esta doctrina esotérica. Es evidente, sin embargo, que aun en éste sentido restringido de Cristianismo "no-sectario", La Francmasonería no es una institución cristiana, porque reconoce a muchos modelos y maestros pre-cristianos de "Humanidad". Todos los masones instruidos están de acuerdo en la importancia objetiva de este principio Masónico de "Humanidad", según el cual la creencia en dogmas es cuestión de importancia secundaria, e incluso es perjudicial para las leyes del amor y la tolerancia universales. La Francmasonería , por consiguiente, se opone no sólo al Catolicismo y al Cristianismo, sino también al sistema entero de verdad sobrenatural.

Las únicas divergencias serias entre masones sobre la interpretación de los textos de 1723 y 1738 se refieren a las palabras: "Y si entiende correctamente el Arte, nunca será un estúpido Ateo ni un Libertino irreligioso". La controversia acerca del significado de estas palabras ha sido particularmente aguda desde el 13 de septiembre de 1877, cuando el Gran Oriente de Francia borró el párrafo, introducido en 1854 en sus Constituciones, por el cual la existencia de Dios y la inmortalidad del alma eran declarados la base de La Francmasonería [42] y le dio al primer artículo de sus nuevas Constituciones el siguiente tenor: " La Francmasonería , una institución esencialmente filantrópica, filosófica (naturalista, adogmatica) y progresista, tiene como objetivo la búsqueda de la verdad, el estudio de la moralidad universal, de las ciencias y de las artes y la práctica de la beneficencia. Tiene como principios la absoluta libertad de conciencia y la solidaridad humana. No excluye a nadie a causa de sus creencias. Su divisa es Libertad, Igualdad, Fraternidad". El 10 de septiembre de 1878, el Gran Oriente, además, decretó expurgar de los Rituales y de los procedimientos de la logia todas las alusiones a dogmas religiosas tales como los símbolos del Gran Arquitecto, la Biblia , etc. Estas medidas atrajeron solemnes protestas de casi todos los órganos angloamericanos y alemanes y llevaron a la ruptura entre las Grandes Logias angloamericanas y el Gran Oriente de Francia. Puesto que muchos masones librepensadores en América y en Europa simpatizaron en esta disputa con los franceses, ocurrió una ruptura mundial. Bastante recientemente muchas Grandes Logias de los Estados Unidos se negaron a reconocer la Gran Logia de Suiza como un Cuerpo regular, porque guardaba relaciones amistosas con el ateo Gran Oriente de Francia. [43] Esta ruptura parece mostrar, que en el precedente párrafo de los "Antiguos Cargos" la creencia en un Dios personal es declarada como el más importante requisito previo y deber de un Masón y que la Masonería angloamericana, al menos, es un campeón inflexible de esta creencia en contraste con la impiedad de Masonería latina.

Pero en verdad toda Masonería esta llena de ambigúedad. Los textos de 1723 y 1738 de la ley fundamental acerca del Ateísmo son deliberadamente ambiguos. El ateísmo no es condenado de manera afirmativa, sino sólo suficientemente desaprobado para respetar las exigencias del momento, cuando un reconocimiento público del ateísmo habría sido fatal a la Masonería. No se dice que no se pueden admitir Ateos, o que ningún Masón puede ser un Ateo, sino sólo que si comprende correctamente el Arte, nunca será un estúpido Ateo, etc., i.e., que no sostendrá o profesara el Ateísmo de una manera tonta, con declaraciones, por ejemplo que choquen el sentimiento religioso y causen a la Masonería una mala reputación. Y aun tal estúpido Ateo no incurre en crítica más fuerte que la del simple hecho de que no comprende debidamente el Arte, un juicio meramente teórico sin ninguna sanción práctica. Tal desaprobación sirve más bien a alentar el positivismo moderno o el Ateísmo científico. Escasamente más serio es el rechazo del Ateísmo por las Grandes Logias británicas, americanas y algunas alemanas en su disputa con el Gran Oriente de Francia. Es verdad que la Gran Logia inglesa, en su comunicación trimestral del 6 de marzo de 1878 [44] aprobó cuatro resoluciones, en las que declara que el más importante lindero antiguo de la orden, es la creencia en el Gran Arquitecto del Universo, y se exige una declaración explícita de esta creencia de parte de los hermanos visitantes pertenecientes al Gran Oriente de Francia, como un requisito para entrar en las logias inglesas. Medidas similares fueron tomadas por las Grandes Logias irlandesas, escocesas, y norteamericanas . Pero esta creencia en un Gran Arquitecto es tan vaga y simbólica, que casi cada clase de Ateísmo e incluso el "estúpido" Ateísmo puede ser cubierto por ella. Además, las Grandes Logias británicas y americanas declaran que se satisfacen totalmente con tal incertitud, que es, de hecho, sólo una declaración verbal, sin mayor investigación sobre la naturaleza de esta creencia, y que no sueñan con declarar que la Francmasonería es una "iglesia", un "concilio", o un "sínodo". Por consiguiente se reconocen como masones incluso aquellos que con Spencer y otros filósofos Naturalistas de la época llaman a Dios el principio oculto todopoderoso que opera en la naturaleza, o, tal como los partidarios del "Handbuch" [45] sostienen que las dos columnas de la religión son "el sentimiento de la pequeñez del hombre en la inmensidad de espacio y tiempo", y "la convicción de que todo lo que es real tiene su origen en lo bueno y de que todo lo que ocurre debe ser para el bien".

Un Gran Orador americano Zabriskie (Arizona) el 13 de noviembre de 1889 promulgó que "miembros individuales pueden creer en muchos dioses, si su conciencia y discernimiento así les mandan". [46] Limousin [47] aprobado por masones alemanes [48] dice: "La mayoría de los hombres conciben a Dios, según las religiones exotéricas, como un hombre todopoderoso; otros conciben a Dios como la idea más elevada que un hombre puede formarse de acuerdo a las religiones esotéricas". Estos últimos son llamados Ateos según la noción exotérica de Dios rechazada por la ciencia, pero no son Ateos según la noción esotérica y verdadera de Dios. Al contrario, añaden otros [49] son menos Ateos que los miembro de una iglesia, de quienes sólo difieren por tener una idea más alta de Dios o de lo Divino. En este sentido Thevenot, Gran secretario del Gran Oriente de Francia, en una carta oficial a la Gran Logia de Escocia (30 de enero de 1878), declara: " La Masonería francesa no cree que existan Ateos en el sentido absoluto de la palabra" [50] y Pike mismo [51] reconoce:

Un hombre que tiene una concepción más alta de Dios que aquellos que lo rodean y que niega que la concepción de ellos sea Dios, será muy probablemente llamado Ateo por aquellos hombres que son en realidad mucho menos creyentes en Dios que él, etc.

Así que toda la polémica es meramente nominal y formal. Además, hay que notar que la cláusula que declara que la creencia en el Gran Arquitecto es un requisito de admisión fue introducida, en el texto de las Constituciones de la Gran Logia de Inglaterra, solamente en 1815 y este texto dice: "Un Masón por consiguiente esta particularmente obligado a nunca actuar en contra de los dictados de su conciencia", con lo que la Gran Logia de Inglaterra parece reconocer que la libertad de conciencia es el principio supremo de la Francmasonería y que predomina por encima de todos los demás en caso de conflicto. Se implica asimismo la misma supremacía de la libertad de conciencia en el carácter no-sectario, que los masones angloamericanos reconocen como la esencia más profunda de la Masonería. "Dos principios", dijo el Emperador alemán Federico III, en un discurso solemne a masones en Estrasburgo el 12 de septiembre de 1886, "caracterizan sobre todo nuestros propósitos, a saber, la libertad de conciencia y la tolerancia"; y el "Handbuch" [52] justamente hace notar que la libertad de conciencia y la tolerancia fueron por eso promulgadas como los cimientos de la Masonería por la más alta autoridad Masónica de Alemania.

Por tanto el Gran Oriente de Francia tiene razón sobre la esencia de la cuestión, según el punto de vista Masónico; pero se ha apartado de la tradición al suprimir símbolos y formulaciones simbólicas, las cuales, si se comprenden debidamente, de ninguna manera implican aserciones dogmóticas y no se pueden rechazar sin dañar la obra de la Masonería , ya que ésta necesita de formulas religiosas ambiguas adaptables a cada forma de creencia y a cada fase de desarrollo moral. Desde este punto de vista los símbolos del Gran Arquitecto del Universo y de la Biblia son verdaderamente de suma importancia para la Masonería. Así que, varias Grandes Logias que al principio habían imitado el radicalismo francés, finalmente guardaron esos símbolos. Un representante de la Gran Logia de Francia escribe en este sentido a Findel: "Estamos completamente de acuerdo con ustedes en considerar todos los dogmas, sean positivos o negativos, como radicalmente contradictorios con la Masonería , cuya enseñanza debe ser propagada sólo por símbolos. Y los símbolos pueden y deben ser explicados por cada quien según su propia comprensión; por eso sirven para mantener la concordia. Por eso nuestra Gran Logia, de manera facultativa, retiene el Símbolo del Gran Arquitecto del Universo, ya que cada quien puede concebirlo de acuerdo a sus convicciones personales. [A las logias se les permite el retener los símbolos, pero no hay ninguna obligación de hacerlo así, y muchas no lo hacen.] Excomulgarse los unos a los otros a causa de cuestiones metafásicas, nos parece a nosotros los masones la cosa más indigna que se puede hacer". [53] El órgano oficial de la Masonería italiana incluso recalca: "La fórmula del Gran Arquitecto, que se reprocha a la Masonería como ambigua y absurda, es la afirmación más liberal y justa del inmenso principio de la existencia y puede representar ya sea al (revolucionario) Dios de Mazzini como al Satanás de Giosue Carducci (en su famoso himno a Satanás); Dios, como fuente de amor, no de odio; Satanás, como el genio de lo bueno, no de lo malo". [54] En ambas interpretaciones es en realidad el principio de la Revolución que adora la Masonería italiana.

IV. PROPAGACION Y EVOLUCION DE LA MASONERÍA

Los miembros de la Gran Logia formada en 1717 por la unión de cuatro logias antiguas, fueron hasta 1721 pocos en número e inferiores en calidad. La entrada de varios miembros de la Sociedad Real y de la nobleza cambió la situación. Desde 1721 se han extendido a través de Europa. [55] Esta rápida propagación fue principalmente debida al espíritu de los tiempos que, cansado de las disputas religiosas, intranquilo bajo la autoridad eclesiástica y descontento con las condiciones sociales existentes, buscó la iluminación espiritual y el consuelo en los misterios antiguos y deseó, uniendo hombres de tendencias afines, reconstruir la sociedad sobre una base completamente humana. En esas circunstancias la Francmasonería con su vaguedad y elasticidad, pareció a muchos un excelente remedio. Para adaptarse a las necesidades de países y clases sociales diferentes, el sistema original (1717-23) fue sometido a modificaciones más o menos profundas. En 1717, contrariamente a Gould [56], solo una sencilla ceremonia de admisión o un grado parece haber estado en uso [57] en 1723 dos aparecen tal como lo reconoció la Gran Logia de Inglaterra: "Aprendiz Ingresado" y "Compañero del Gremio o Maestro". El sistema de tres grados, practicado primero alrededor de 1725, llegó a ser universal y oficial solamente después de 1730. [58] Los símbolos y formas rituales, tal como fueron practicados desde 1717 hasta la introducción de más grados después de 1738, junto con los "Antiguos Cargos" de 1723 o 1738, se consideran como la Francmasonería pura original. Un cuarto, el grado "Arco Real" [59] usado al menos desde 1740, es primeramente mencionado en 1743, y aunque ajeno al sistema de la Masoner�a pura y antigua [60] es muy caracter�stico de la Masoner�a anglosajona posterior. En 1751 una rival, la Gran Logia de Inglaterra, "seg�n las Instituciones Antiguas" fue establecida y, por la actividad de su Gran secretario, Lawrence Dermott, pronto super� a la Gran Logia de 1717. Los miembros de esta Gran Logia son conocidos con la denominaci�n de "Masones Antiguos". Se llaman tambi�n "Masones de York" por referencia, no a la ef�mera Gran Logia de toda Inglaterra en York, mencionada en 1726 y reavivada en 1761, sino a la supuesta primera Gran Logia de Inglaterra congregada en 926 en York. [61] Por fin, la Gran Logia Unida de Inglaterra, gan� el control adoptando en 1813 sus formas rituales.

En su esp�ritu religioso la Masoner�a anglosajona despu�s de 1730 retrograd� indudablemente hacia una b�blica ortodoxia cristiana. [62] Este movimiento es atestado por la Cristianizaci�n de los rituales y por la popularidad de los trabajos de Hutchinson, Preston, y Oliver con los masones angloamericanos. Es debido principalmente al conservatismo de la sociedad angl�fona en cuestiones religiosas, a la influencia de miembros eclesi�sticos y a la instituci�n de "capellanes de la Logia " mencionados en los archivos ingleses desde 1733. [63] La reforma provocada por los art�culos de uni�n entre las dos

Grandes Logias de Inglaterra (1 diciembre, 1813) consisti� sobre todo en la restauraci�n del car�cter no-sectario, de acuerdo con el cual toda alusi�n a una religi�n particular (cristiana) se debe omitir en los procedimientos de la logia. Adem�s, se decret� que "habr� la m�s perfecta unidad de obligaci�n de disciplina, o funcionamiento. . . seg�n los genuinos linderos, leyes y tradiciones. . . en todo el mundo mas�nico desde el d�a y fecha de la dicha uni�n (1 diciembre, 1813) hasta que el tiempo no sea m�s". [64] Tomando esta acci�n la Gran Logia Unida sobrestimo su autoridad. Su decreto fue respetado, hasta cierto punto, en los Estados Unidos, donde la Masoner�a, primero introducida hacia 1730, sigui� en general las fases de evoluci�n Mas�nica en la madre patria.

El t�tulo de Madre-Gran Logia de los Estados Unidos fue el objeto de una prolongada y apasionada pol�mica entre las Grandes Logias de Pennsylvania y Massachusetts. La opini�n predominante actualmente es que, desde tiempo inmemorial, i.e., antes de las autorizaciones de la Gran Logia [65] existi� en Filadelfia una logia regular con archivos fechados de 1731. [66] En 1734 Benjam�n Franklin public� una edici�n del "Libro de Constituciones" ingl�s. Los principales representantes de la Gran Logia moderna de Inglaterra en los Estados Unidos eran Coxe y Price. Los estatutos de varias logias fueron establecidos por la Gran Logia de Escocia. Despu�s de 1758, sobre todo durante la Guerra de Independencia, 1773-83, la mayor parte de las logias pasaron a los "Ancianos". La uni�n de los dos sistemas en Inglaterra (1813) fue seguida por una uni�n similar en Am�rica. La forma real del rito americano desde entonces practicada se debe principalmente a Webb (1771-1819), y a Cross (1783-1861).

En Francia y Alemania, al principio, la Masoner�a fue practicada seg�n el ritual ingl�s [67] pero la as� llamada Masoner�a "escocesa" pronto apareci�. Puesto que s�lo los nobles eran entonces considerados admisibles en la buena sociedad como miembros totalmente calificados, la sociedad de caballeros Mas�nicos se interpret� como una sociedad de Gentilshommes, i.e., de nobles o por lo menos de hombres ennoblecidos o armados caballeros por la sola admisi�n en la orden, la cual seg�n el antiguo ritual ingl�s todav�a en uso, es "m�s honorable que el Vell�n de Oro, o la Estrella o la Jarretera o cualquier otra Orden bajo el Sol". La pretendida asociaci�n de la Masoner�a con las �rdenes de caballeros guerreros y con las religiosas era mucho m�s aceptable que la idea de un desarrollo a partir de las cofrad�as de labradores de cantera. As� pues un discurso presentado por el Caballero escoc�s Ramsay delante de la Gran Logia de Francia en 1737 e introducido por Tierce en su primera edici�n francesa del "Libro de Constituciones" (1743) como un "discurso del Gran Maestro", marc� su �poca. [68] En ese discurso la Masoner�a fue datada desde "la intima asociaci�n de la orden con los Caballeros de San Juan de Jerusal�n" durante las Cruzadas; y se dijo que las "antiguas logias de Escocia" hab�an conservado la Masoner�a genuina, perdida por las inglesas. Poco despu�s de 1750, sin embargo, y dado que la practica de ciencias ocultas fue atribuida a los Templarios, su sistema fue f�cilmente adaptable a toda clase de prop�sito Rosacruz y a pr�cticas tales como la alquimia, la magia, la c�bala, el espiritismo, y la necromancia. La supresi�n de la orden con la historia del Gran Maestro Jacques de Molay y su pretendido renacimiento en la Masoner�a, reproducido en la leyenda de Hiram, representando la ca�da y la resurrecci�n del justo o la supresi�n y la restauraci�n de los derechos naturales del hombre, se adaptaba admirablemente con ambos sistemas, cristiano y revolucionario, de los grados elevados. Los principales sistemas Templarios del siglo XVIII fueron el sistema de la "Estricta Observancia", organizado por el estafador Rosa y propagado por el entusiasta von Hundt; y el sistema sueco, constituido por los grados franceses y escoceses en Suecia.

En ambos sistemas se promet�a obediencia a superiores desconocidos. Se supuso falsamente que la cabeza suprema de estos sistemas Templarios, que eran rivales entre si, fue el impostor Jacobino, Charles Edward, quien declar� en 1777, que nunca hab�a sido un Mas�n. [69] Casi todas las logias de Alemania, Austria, Hungr�a, Polonia, y Rusia estuvieron, en la segunda mitad del siglo XVIII, envueltas en la disputa entre estos dos sistemas. En las logias de Francia y otros pa�ses [70] la admisi�n de mujeres a las reuniones de las logias ocasionaron una inmoralidad escandalosa. [71] El esp�ritu revolucionario se manifest� muy pronto en la Masoner�a francesa. Ya en 1746 en el libro "La Franc-Ma�onnerie, �cras�e", un experto ex-Mas�n, quien, siendo Mas�n, hab�a visitado muchas logias en Francia e Inglaterra, y consultado encumbrados masones con cargos oficiales, describi� como el verdadero programa Mas�n un programa que, seg�n Boos, el historiador de La Francmasoner�a (p�g. 192), en grado asombroso coincide con el programa de la gran Revoluci�n francesa de 1789. En 1776 este esp�ritu revolucionario fue llevado a Alemania por Weisshaupt por medio de un sistema conspirador, que pronto se extendi� por todo el pa�s. [72] Charles Augustus de Saxe-Weimar, el Duque Ernest de Gotha, el Duque Ferdinand de Brunswick, Goethe, Herder, Pestalozzi, etc., son mencionados como miembros de esta orden de Illuminati. Muy pocos miembros, sin embargo, fueron iniciados en los m�s altos grados. Los Illuminati franceses inclu�an a Condorcet, el Duque de Orleans, Mirabeau y Siey�s. [73] Despu�s del Congreso de Wilhelmsbade (1782) se hicieron reformas en Alemania y en Francia. Los principales reformadores alemanes, L. Schr�der (Hamburg) e I.A. Fessler, trataron de restaurar la sencillez y pureza originales. El sistema de Schr�der es de hecho practicado por la Gran Logia de Hamburgo, y un sistema modificado (Schr�der-Fessler) por la Gran Logia Real York (Berl�n) y la mayor�a de las logias de la Gran Logia de Bayreuth y Dresden. Las Grandes Logias de Frankfort-on-the-Main y Darmstadt practican un ecl�ctico sistema basado en el ritual ingl�s. [74] Exceptuando a la Gran Logia York Real, que tiene "Orientaciones Internas" y una "Orientaci�n m�s profunda" escocesas, las otras rechazan los altos grados. La m�s grande Gran Logia de Alemania, la Nacional (Berl�n), practica un sistema escoc�s corregido (Observancia Estricta) de siete grados y el "Landes Grossloge" y sistema sueco de nueve grados. El mismo sistema es practicado por las Grandes Logias de Suecia, Noruega, y Dinamarca. Estos dos sistemas aun declaraban que la Masoner�a es una instituci�n cristiana y, como la Gran Logia York Real, se negaban a iniciar jud�os. Findel dice que la raz�n principal es para evitar que la Masoner�a sea dominada por gente cuyos fuertes apegos raciales son incompatibles con el car�cter no-sectario de la instituci�n. [75]

El principal sistema en los Estados Unidos (Charleston, Carolina del Sur) es el llamado Antiguo y Aceptado Rito escoc�s, organizado en 1801 sobre la base del Rito franc�s escoc�s de perfecci�n, que fue establecida por el Consejo de los Emperadores de Este y Oeste (Par�s, 1758). Este sistema, que se propag� por todo el mundo, puede considerarse como el tipo revolucionario de la Masoner�a Templaria francesa, que lucha por los derechos naturales del hombre en contra de los despotismos religiosos y pol�ticos, simbolizados por la tiara papal y una corona real. Se esfuerza por ejercer una influencia preponderante sobre las otras organizaciones Mas�nicas, dondequiera que se establezca. Esta influencia le es garantizada por los sistemas Gran Oriente de los pa�ses latinos; se resiente aun en Gran Breta�a y Canad�, donde los jefes supremos de gremios de la Masoner�a son tambi�n, en general, miembros prominentes de los Consejos Supremos del Rito escoc�s. Hab�a, en 1908, veintis�is Consejos Supremos universalmente reconocidos del Antiguo y Aceptado Rito escoc�s: EE.UU. de Am�rica: Jurisdicci�n del sur (Washington), establecida en 1801; Jurisdicci�n del norte (Boston), 1813; Rep�blica Argentina (Buenos Aires), 1858; B�lgica (Bruselas), 1817; Brasil (R�o de Janeiro), 1829; Chile (Santiago), 1870; Colon, para las Islas de la India Occidental (La Habana), 1879; Colombia (Cartagena); Rep�blica Dominicana (S. Domingo); Inglaterra (Londres), 1845; Egipto (Cairo), 1878; Francia (Par�s), 1804; Grecia (Atenas), 1872; Guatemala (para Centroam�rica), 1870; Irlanda (Dubl�n), 1826; Italia (Florencia), 1858; M�xico 1868); Paraguay (Asunci�n); Per� (Lima), 1830; Portugal (Lisboa), 1869; Escocia (Edinburgo), 1846; Espa�a (Madrid), 1811; Suiza (Lausana), 1873; Uruguay (Montevideo); Venezuela (Caracas). Consejos Supremos no universalmente reconocidos exist�an en Hungr�a, Luxemburgo, N�poles, Palermo, Roma, Turqu�a. Los fundadores del rito, para darle un gran esplendor, inventaron la f�bula de que Federico II, Rey de Prusia, fue su verdadero fundador, y esta f�bula, bajo la autoridad de Pike y Mackey, se manten�a todav�a como probable en la edici�n de la "Enciclopedia" de Mackey (1908). [76]

V. ORGANIZACION Y ESTAD�STICAS

La caracter�stica distintiva de organizaci�n de la Masoner�a especulativa es el sistema de la Gran Logia fundado en 1717. Cada Gran Logia regular o Consejo Supremo en el sistema escoc�s, o Gran Oriente en el sistema mixto, constituye una organizaci�n soberana e independiente con poderes legislativo, judicial y ejecutivo. Se compone de las logias o organizaciones inferiores de su jurisdicci�n o de sus representantes reunidos de modo regular y de los grandes oficiales elegidos. Una logia debidamente constituida ejerce la misma autoridad, pero en una esfera m�s restringida. Los oficiales indispensables de una logia son el Maestro Adorador [77] el Guardi�n Mayor y Menor, y el Tejador. El maestro y los guardianes son normalmente auxiliados por dos di�conos y dos mayordomos para el trabajo ceremonial y social y por un tesorero y un secretario. Muchas logias tienen un Capell�n para las ceremonias y discursos religiosos. Los mismos oficiales en mayores cantidades y con rimbombante t�tulos (Gran Maestro Muy Adorador, Soberano Gran Comandante, etc.) existen en las Grandes Logias. Como los gastos de los miembros son fuertes, s�lo personas ricas pueden permitirse el pertenecer a la fraternidad. Se restringe adem�s el n�mero de candidatos por prescripciones con relaci�n a sus cualidades morales, intelectuales, sociales y f�sicas, y por una reglamentaci�n que exige la unanimidad de votos secretos para su admisi�n. As� que, contrariamente a su pretendida universalidad, La Francmasoner�a parece ser una sociedad muy exclusiva, tanto as� que es una sociedad secreta, cerrada al mundo profano del com�n de los mortales. "La Francmasoner�a", dice la "Keystone" ("Piedra Angular") de Filadelfia [78]

"no tiene derecho a ser popular. Es una sociedad secreta. Es para los pocos, no para los muchos, para los escogidos, no para las masas."

En la pr�ctica, en verdad, las prescripciones acerca de los dones intelectuales y morales no son rigurosamente obedecidas:

"Cantidad se admiten . . . cuyo �nico objetivo es hacer de su membresia un medio para promover su inter�s pecuniario". [79]

"Hay un numero considerable de nuevo, que aprecia La Francmasoner�a �nicamente por las reuniones sociables que le son atribuidas."

"De nuevo he o�do hombres que dicen abiertamente, que se hab�an afiliado para tener acceso a cierta clase de individuos, como asunto de negocios, y que fueron obligados a hacerlo porque cada quien as� lo hac�a. Adem�s hay un gran numero que se afilian por curiosidad o tal vez, porque alguien en una posici�n por encima de ellos es mas�n."

"Muy semejante a esto es esa clase de individuos que desean una asociaci�n simp�tica". [80]

"En la Masoner�a encuentran los medios de tener f�cil acceso a una sociedad, que se les niega por convenciones sociales. Tienen riqueza pero ni el nacimiento ni la educaci�n que les permitan ser elegibles para relaciones corteses y distinguidas."

"El negocio nunca esta ausente de sus palabras y actos."

"El cuerpo Mas�nico incluye un gran n�mero de publicanos." [81]

De la regla Mas�nica -- amor fraterno, ayuda, y verdad -- son seguramente las dos primeras, especialmente tal como se entienden en el sentido de ayuda mutua en todas las emergencias de la vida, las principales razones de adhesi�n para la mayor parte de los candidatos. Esta asistencia mutua, simbolizada sobre todo por los cinco puntos de confraternidad y el "gran saludo en se�al de desgracia" del tercer grado, es una de las caracter�sticas fundamentales de la Francmasoner�a. Por su juramento el Maestro Mas�n se compromete a mantener y sostener los cinco puntos de confraternidad de hecho as� como de palabra, i.e., asistir a todo Maestro Mas�n en cada ocasi�n seg�n sus facultades, y en especial cuando haga la se�al de desgracia. En Duncan, "Ritual americano" (229), el Archi-Mas�n Real jura incluso:

Ayudar� a un compa�ero Archi-Mas�n Real, cuando lo vea metido en cualquier dificultad y tomar� su causa para liberarlo del problema tenga o no raz�n.

Es un hecho atestado por hombres experimentados de todos pa�ses que, dondequiera que la Masoner�a es influyente, los no-masones sufren en sus intereses por la preferencia sistem�tica que masones se dan el uno al otro en nombramientos a cargos y empleos. Incluso Bismarck [82] se quej� de los efectos de esta ayuda Mas�nica mutua, que es perjudicial asimismo para la igualdad c�vica que para los intereses p�blicos. En libros y revistas Masones, los actos il�citos y traicioneros, ejecutados para prestar esta ayuda mutua, son recomendados y alabados como una gloria de La Francmasoner�a. "Las mismas leyes inexorables de la guerra", dice el orador oficial del Gran Oriente de Francia, Lef�bvre d'Aumale [83] "tienen que doblegarse delante de La Francmasoner�a, lo que es quiz�s la demostraci�n m�s notable de su poder. Una se�al bast� para detener la matanza; los combatientes tiraron sus armas, se abrazaron el uno al otro fraternalmente y se volvieron enseguida amigos y Hermanos como sus juramentos lo prescriben", y el "Handbuch" [84] lo declara: "esta se�al ha tenido efectos ben�ficos, particularmente en tiempos de guerra, cuando frecuentemente aplaca a los m�s acerbos enemigos, de manera que escuchan la voz del humanismo y se dan ayuda mutua en lugar de matarse el uno al otro". [85] Incluso la ampliamente propagada sospecha, de que a veces la justicia es frustrada y criminales Masones son salvados de un merecido castigo, no se puede estimar infundada. La dicha pr�ctica de ayuda mutua es tan reprensible que los mismos autores Masones [86] la condenan severamente. "Si", dice el Hermano Marbach (23), "La Francmasoner�a pudiera verdaderamente ser una asociaci�n, e incluso una secreta, de hombres de los m�s diversos rangos de la sociedad, ayud�ndose y promovi�ndose el uno al otro, ser�a una asociaci�n inicua, y los polic�as no tendr�an deber m�s urgente que el exterminarla."

Otra caracter�stica de la ley Mas�nica es que "traici�n" y "rebeli�n" en contra de la autoridad civil son declaradas s�lo como cr�menes pol�ticos, que no afectan la buena reputaci�n de un Hermano m�s que la herej�a, y no proporcionan ninguna raz�n para un juicio Mas�nico. [87] La importancia que la Masoner�a atribuye a este punto se manifiesta por el hecho de que se publica en el Art�culo II de los "Antiguos Cargos", que define los deberes de un Francmas�n con respecto a las autoridades Estatales y civiles. Comparado con el mandato correspondiente de las constituciones "g�ticas" de la masoner�a operativa, no es nada menos ambiguo que el Art�culo I acerca de Dios y de la religi�n. Las antiguas Constituciones g�ticas c�ndidamente ordenaban: "Asimismo ser�s fiel vasallo del Rey sin traici�n ni mentira y que no conocer�s traici�n sin enmendarla, si puedes, sino advertir�s de ella al Rey o a su consejo". [88] El segundo art�culo de La Francmasoner�a moderna especulativa (1723) dice:

De los magistrados civiles, supremos y subordinados. Un Mas�n es un pac�fico sujeto de las Autoridades Civiles, dondequiera que reside o trabaja, y nunca tendr� nada que ver con Complots ni Conspiraciones en contra de la paz y el bienestar de la Naci�n, ni se comportara de manera indebida con los Magistrados subalternos; Porque la Masoner�a siempre ha sido perjudicada por la Guerra, el derramamiento de sangre y la Confusi�n, los antiguos Reyes y Pr�ncipes han sido muy bien dispuestos a alentar a los masones, debido a su Pacifismo y Lealtad, con lo que pr�cticamente contestaron a las Criticas de sus adversarios y promovieron el Honor de la Fraternidad, que siempre floreci� en Tiempos de Paz. De manera que si un Hermano pudiera Rebelarse en contra del Estado, su Rebeli�n no se debe aprobar, pero se le debe tener lastima como a un hombre infeliz; y, si no se le declara culpable de ning�n otro Crimen, sin embargo, la fiel Hermandad tiene que y debe repudiar su Rebeli�n, y no debe tener resentimiento ni Raz�n de Envidias pol�ticas hacia el Gobierno por el momento; no pueden expulsarlo de la Logia y su Relaci�n a con ella es inabrogable.

As� que la rebeli�n, seg�n la Masoner�a especulativa moderna, es s�lo desaprobada cuando se conspira contra la paz y el bienestar de la naci�n. La hermandad debe rechazar la rebeli�n, pero s�lo para preservar a la fraternidad de problemas por parte de las autoridades civiles. Un hermano, por tanto, culpable de rebeli�n no puede ser expulsado de la logia; Por el contrario, sus compa�eros masones est�n particularmente obligados a compadecerse de �l en su infortunio cuando �l (en prisi�n o frente a las cortes) tenga que sufrir de las consecuencias de su rebeli�n, y le dar�n fraternal ayuda tanto como puedan. La Francmasoner�a misma como organizaci�n es muy pac�fica y leal, pero no desaprueba; al contrario, alaba aquellos hermanos que por amor de la libertad y del bienestar nacional complotan con buen �xito en contra de monarcas y otros gobernantes desp�ticos, aun cuando, como asociaci�n de utilidad p�blica exija privilegios y protecci�n de los reyes, pr�ncipes, y otros altos dignatarios para el �xito de su obra pac�fica. "La lealtad a la libertad", dice "la Cr�nica del Francmas�n" [89] "pasa por encima de todas las otras consideraciones". La sabidur�a de esta reglamentaci�n, observa Mackey [90] "ser� evidente cuando consideremos que, si la traici�n o la rebeli�n fueran cr�menes masones, casi cada mas�n en las Colonias Unidas, en 1776, habr�a sido sometido a expulsi�n y cada Logia a la confiscaci�n de su autorizaci�n por las Grandes Logias de Inglaterra y Escocia, bajo cuya jurisdicci�n estaban en ese momento."

Un enga�oso refr�n es "Mas�n una vez, Mas�n siempre". Esto a menudo se interpreta como que "el v�nculo Mas�nico es indisoluble, y que no hay ninguna remisi�n de sus consecuencias" [91] o "Obligaciones" [92] que ni siquiera la muerte puede cortar la uni�n de un Mas�n con la Francmasoner�a. [93] Pero indudablemente un Mas�n tiene el "derecho de demisionar" [94] y este derecho, cualquiera que sea la opini�n de la jurisprudencia Mas�nica y seg�n los derechos naturales e inalienables del hombre, se extiende hasta un retiro completo no s�lo de la logia sino tambi�n de la hermandad. En la escala de penas Mas�nicas, la "expulsi�n" es la m�s grave. [95] Adem�s de aquellos que han sido expulsados o que han renunciado hay muchos masones "no afiliados" que han cesado de ser miembros "activos" de una logia, pero, seg�n la ley Mas�nica, la cual, por supuesto, no puede obligar m�s que de lo que esta autorizada por las reglas generales de la moralidad, quedan sujetos a la logia dentro de la jurisdicci�n de la cual ellos residen.

Sobre la unidad, las autoridades Mas�nicas un�nimemente afirman que la Francmasoner�a en todo el mundo es una sola, y que todos los francmasones constituyen en realidad una sola logia; que las diferentes logias existen s�lo por conveniencia, y que por consiguiente todo Mas�n regular tiene derecho a ser recibido en toda logia regular del mundo como un hermano, y, en caso de que est� en apuros, a que se le ayude. El buen entendimiento entre masones de diferentes pa�ses es favorecido por las relaciones personales y por la correspondencia, especialmente entre las oficinas de los grandes secretarios, y por los congresos internacionales [96] que llevaron al establecimiento, en 1903, de una oficina permanente internacional en Neuch�tel, Suiza. [97] No hay ninguna Gran Logia general o direcci�n de la Francmasoner�a, aunque varios intentos se han hecho en casi cada uno de los m�s grandes estados o pa�ses para establecer una. Disensiones incesantes entre sistemas y Cuerpos Mas�nicos son caracter�sticas de la Francmasoner�a en todos los pa�ses y �pocas. Pero la unidad federal de la Francmasoner�a basta para demostrar una verdadera solidaridad entre masones y Cuerpos Mas�nicos en todo el mundo; De donde viene la acusaci�n de complicidad en las maquinaciones que algunos de ellos tienen. Esta solidaridad es p�blicamente reconocida por autoridades Mas�nicas. Pike, por ejemplo, escribe [98]

Cuando el peri�dico en Londres que habla de la Francmasoner�a de la Gran Logia de Inglaterra, con menosprecio protest� que la Francmasoner�a inglesa era inocente de las acusaciones proferidas por la Bula Papal (Encycl. 1884) contra la Francmasoner�a, cuando declar� que la Francmasoner�a inglesa no ten�a ninguna opini�n pol�tica ni religiosa, y que ni en el menor grado simpatizaba con las permisivas opiniones ni con las extravagantes declaraciones de una fracci�n de la Francmasoner�a Continental, recibi� muy justamente y de manera muy concluyente un jaque mate por los Organos Romanos con la respuesta, 'le es in�til protestar. Ustedes son francmasones y usted los reconocen como francmasones. Ustedes les dan aprobaci�n, est�mulo y apoyo y son responsables junto con ellos y no pueden evitar esa responsabilidad'.

Ya que estad�sticas exactas no siempre se tienen y que los m�todos de enumeraci�n difieren en los diferentes pa�ses, las cantidades totales s�lo pueden ser aproximadas. Por eso en la mayor�a de las logias de los Estados Unidos s�lo los Maestros (tercer grado) son contados, mientras que en otros pa�ses se suman los aprendices y los compa�eros. Hay adem�s muchos masones no afiliados (que han cesado de ser miembros de una logia) que no se incluyen. Se estima su n�mero a dos tercios del de los masones activos. En Inglaterra un Mas�n puede actuar como miembro de varias logias. Confirmando nuestra declaraci�n acerca de los miembros activos de los Cuerpos estrictamente Mas�nicos, que en calendarios y libros del a�o est�n registrados como tales, podemos, seg�n fuentes recientes y fidedignas [99] estimar la situaci�n actual de la Francmasoner�a como sigue (alrededor de 1900): Grandes Orientes, Grandes Logias, Consejos Supremos, y otros G. Cuerpos escoceses, 183; logias 26,500; masones, aproximadamente 2,000,000; el n�mero de los Grandes Cap�tulos del Arco Real es: en los Estados Unidos 2968 cap�tulos subordinados, bajo un Gran Cap�tulo General; Inglaterra, 46 Grandes Cap�tulos con 1015 cap�tulos subordinados; Colonias inglesas y centros Mas�nicos extranjeros, 18 Grandes Cap�tulos con 150 cap�tulos subordinados. El censo de la masoner�a de gremio es como sigue:

Gran Breta�a y Colonias (excluyendo a Canad�): 4.670 logias; 262.651 miembros

Canad�: 727 logias; 60.728 miembros

Estados Unidos (Blanco): 12.916 logias; 1.203.159 miembros

Estados Unidos (de color): 1.300 logias; 28.000 miembros

Pa�ses latinos: 2.500 logias; 120.000 miembros

Otros pa�ses europeos: 771 logias; 90.700 miembros

Africa: 53 logias; 2.150 miembros

Total: 22.937 logias; 1.767.388 miembros

VI. TRABAJO INTERNO DE LA FRANCMASONERIA:

SIMBOLISMO MASONICO Y JURAMENTOS

"Del principio al fin", dice Pike [100] "la Masoner�a es trabajo". El "trabajo" Mas�nico, propiamente dicho, es el trabajo ritual interno secreto por el que los Masones se hacen y son educados para el trabajo externo, que es acci�n para el bienestar de la humanidad seg�n los principios Mas�nicos. Los Masones son hechos por las tres ceremonias de iniciaci�n (primer grado), pasaje (segundo grado), y crecimiento (tercer grado). Los s�mbolos exhibidos en estas ceremonias y explicados de acuerdo a los principios Mas�nicos y a las indicaciones verbales dadas en los rituales y en las conferencias de los tres grados, constituyen el manual de instrucci�n Mas�nica. La educaci�n as� empezada se completa por la vida total de la logia, en la que se aconseja a cada Mas�n el tomar una parte activa, asistiendo regularmente a las reuniones de la logia, aprovechando, seg�n su habilidad, los medios que la Masoner�a le ofrece, perfeccion�ndose en conformidad con los ideales Mas�nicos, y contribuyendo a las discusiones de temas Mas�nicos y a un buen gobierno de la logia, que se representa como un modelo del gobierno de la sociedad en general. La logia debe ser un tipo del mundo [101] y los masones tienen la intenci�n de tomar parte en la regeneraci�n de la raza humana. [102] "El simbolismo de la Francmasoner�a", dice Pike en una carta a Gould del 2 de diciembre de 1888 [103] "es el alma misma de la Masoner�a." Y Boyd, el Gran Orador de Missouri, confirma: "es del principio al fin, s�mbolo, s�mbolo, s�mbolo". [104]

Las principales ventajas de este simbolismo, que no es particular a la Francmasoner�a sino que se refiere a los misterios y doctrinas de todas las edades y de todos los factores de la civilizaci�n, es el siguiente: (1) Siendo adaptable a todas las opiniones posibles, doctrinas, y gustos, atrae al candidato y fascina al iniciado. (2) conserva la unidad no-sectaria de la Francmasoner�a a pesar de diferencias profundas de religi�n, raza, sentimiento nacional, y tendencias individuales. (3) resume la sabidur�a te�rica y pr�ctica de todas las edades y naciones en un idioma universalmente inteligible. (4) entrena al Mas�n a considerar las instituciones existentes, religiosas, pol�ticas, y sociales, como fases pasajeras de la evoluci�n humana y a descubrir por su propio estudio las reformas que se deben realizar en nombre del progreso Mas�nico, y los medios para realizarlas. (5) le ense�a a ver en las doctrinas y dogmas predominantes tan s�lo las concepciones subjetivas o los s�mbolos cambiantes de una verdad universal m�s profunda en el sentido de los ideales Mas�nicos. (6) permite a la Francmasoner�a disimular sus verdaderos prop�sitos de los profanos, e incluso de aquellos de entre los iniciados que son incapaces de apreciar esos objetivos, como la Masoner�a se propone. "La Masoner�a", dice Pike, " oculta celosamente sus secretos e intencionalmente lleva al error a los int�rpretes presumidos". [105] "Parte de los S�mbolos son mostrados . . . al Iniciado, pero es intencionalmente enga�ado con interpretaciones falsas". [106] "Los iniciados son pocos aunque muchos oyen el Thyrsus". [107] "El significado de los S�mbolos no se descubre enseguida. Les damos s�lo indicaciones generales. Debe descubrir el significado profundo y misterioso por s� mismo". [108] "es para cada uno de los Masones el descubrir el secreto de la Masoner�a por la reflexi�n en sus s�mbolos y por una sabia consideraci�n de lo que es dicho y hecho en el trabajo". [109] "El grito universal en todo el mundo Mas�nico", dice Mackey [110] "es por la luz; nuestras logias de ahora en adelante ser�n escuelas, nuestra labor ser� estudiar, nuestro sueldo ser� aprender; los tipos y s�mbolos, los mitos y alegor�as de la instituci�n empiezan apenas a investigarse con referencia al significado fundamental y los Francmasones ahora comprenden completamente la tan frecuentemente citada definici�n, que la Masoner�a es una ciencia de moralidad oculta en alegor�as e ilustrada por s�mbolos."

Los s�mbolos Mas�nicos pueden y son interpretados en sentidos diferentes. Eclesi�sticos ortodoxos anglicanos trataron todo el simbolismo del Antiguo y Nuevo Testamentos en relaci�n con el simbolismo del Templo de Salom�n como un simbolismo Mas�nico y a la Masoner�a como a la "sirvienta de la religi�n" [111] que, "en casi todas partes de cada grado se refiere distinta y plenamente a un Salvador crucificado". [112] Muchos autores Mas�nicos en los pa�ses latinos [113], y algunos de los principales autores angloamericanos [114], declaran que el simbolismo Mas�nico en su original y apropiado sentido se refiere sobre todo al culto solar y f�lico de los antiguos misterios, sobre todo los egipcios. [115] "es en los s�mbolos antiguos y su significado oculto", dice Pike [116] "que los verdaderos secretos de la Francmasoner�a consisten. �stos deben revelar su naturaleza y prop�sitos verdaderos". En conformidad con esta regla de interpretaci�n, la letra G en el s�mbolo de Gloria (Estrella Resplandeciente) o la Gamma griega (cuadrado), resumiendo a toda la Masoner�a es normalmente explicada con el significado de "generaci�n"; la letra inicial del tetragramaton (Yahweh) y el nombre completo se explican como un principio macho o macho-hembra. [117] Con el mismo sentido, seg�n la antigua interpretaci�n, se explican las dos columnas Boaz y Jachin; la Rosacuz (una cruz con una rosa en el centro); el punto dentro del c�rculo; el "vesica piscis", el bien conocido s�mbolo del Salvador; el triple Tau; Sol y Luna; Hiram y Cristo (Osiris); el ata�d; la C�mara Media y aun el Sancta Sanctorum, como adyta o las m�s santas partes de cada templo, normalmente conten�an horribles objetos de culto f�lico. [118]

Puesto que los masones, incluso en sus conferencias oficiales y rituales, generalmente reivindican un origen egipcio del simbolismo Mas�nico y una �ntima "afinidad" de "los usos y costumbres Mas�nicos con aquellos de los Antiguos Egipcios" [119] tales interpretaciones se han de considerar oficialmente autorizadas. Pike dice, adem�s, que "casi cada uno de los s�mbolos Mas�nico antiguos" tiene "cuatro significados distintos, como si uno estuviera dentro del otro, el significado moral, pol�tico, filos�fico y espiritual". [120] Desde el punto de vista pol�tico Pike, con muchos otro Masones Escoceses angloamericanos, interpreta todo simbolismo Mas�nico en el sentido de una lucha sistem�tica contra toda clase de "despotismo" pol�tico y religioso. Hiram, Cristo, Molay se ven tan s�lo como representantes de la "Humanidad" los "Ap�stoles de Libertad, Igualdad, Fraternidad". [121] La Cruz (un cuadrado doble o cu�druple) no es "ning�n s�mbolo espec�ficamente cristiano", "para todos nosotros es un emblema de la Naturaleza y de la vida Eterna; de ellos s�lo deje que cada quien diga por s� mismo". [122] La Cruz X (Cristo) fue el Signo de la Sabidur�a Creadora o Logos, el Hijo de Dios. Mithraism marco a sus soldados en la frente con una cruz, etc. [123] I.N.R.I., la inscripci�n en la Cruz, Mas�nicamente dice: "Igne Natura Renovatur Integra". La regeneraci�n de la naturaleza por la influencia del sol simboliza la regeneraci�n espiritual de la humanidad por el fuego sagrado (verdad y amor) de la Masoner�a, como una instituci�n completamente naturalista. [124] "El primer asesino de Hiram es la Realeza que es el ejemplo t�pico de la tiran�a", golpeando "con su regla de hierro a la garganta de Hiram y haciendo de la libertad de palabra una traici�n". El segundo asesino es el Pontificado (Papado) "apuntando el cuadrado de acero al coraz�n de la v�ctima". [125] Cristo agonizando en el Calvario es para la Masoner�a "el m�s grande entre los ap�stoles de la Humanidad, desafiando el despotismo romano y el fanatismo e intolerancia del sacerdocio". [126] Bajo el s�mbolo de la Cruz, "las legiones de la libertad marchar�n a la victoria". [127]

El Kadosh (decimotercer grado), pisoteando la tiara papal y la corona real, se destina a desahogar una justa venganza en estos "grandes criminales" por el asesinato de Molay [128] y "como el ap�stol de la verdad y de los derechos del hombre" [129] librar a la humanidad "de la esclavitud del Despotismo y de la Tiran�a espiritual". [130] "En la mayor�a de los rituales de este grado todo respira venganza" en contra del "Despotismo" religioso y pol�tico. [131] Por eso se dice que los s�mbolos Mas�nicos "resplandecen de ideas, que deben penetrar el alma de cada Mas�n y ser claramente reflejados en su car�cter y comportamiento, hasta que llegue a ser una columna de fortaleza para la fraternidad". [132] "no hay ni una iota del Ritual Mas�nico", agrega la "Voice" de Chicago, "que este vac�o de significado". [133] Estas interpretaciones, es verdad, no han sido adoptadas oficialmente por los ritos angloamericanos del gremio; pero aparecen como totalmente autorizados, aunque no los �nicos autorizaron ni siquiera por su sistema ni por los dos primeros art�culos de los "Antiguos Cargos" (1723), que contienen la ley fundamental de la Francmasoner�a. Acerca del car�cter no-sectario de la masoner�a y de su simbolismo, Pike justamente comenta: "La Masoner�a no propaga ninguna creencia, excepto la suya propia muy sencilla y sublime ense�ada por la Naturaleza y la Raz�n. Nunca ha habido una falsa Religi�n en el mundo. La �nica revelaci�n universal permanente esta escrita en la Naturaleza visible y es explicada por la Raz�n y completada por las sabias analog�as de la fe. No hay mas que una religi�n verdadera, un dogma, una creencia leg�tima". [134] Por consiguiente, tambi�n, la Biblia como un s�mbolo Mas�nico, se interpreta como un s�mbolo del Libro de la Naturaleza o del C�digo de la raz�n y conciencia humanas, mientras que los dogmas, cristianos y otros, no tienen para la Francmasoner�a sino la importancia de s�mbolos cambiantes que cubren la �nica verdad permanente, de la que las "Ciencia" y "Artes" Mas�nicos son una "revelaci�n progresiva", y su aplicaci�n. [135]

Se debe notar, que la gran mayor�a de los Masones est�n lejos de ser "iniciados" y "se arrastran en la oscuridad egipcia". [136] "La masoner�a de los grados m�s altos", dice Pike [137] "ense�a las grandes verdades de la ciencia intelectual; pero acerca de estos, as� como de los rudimentos y primeros principios, la masoner�a Azul es completamente ignorante. Sus dramas parecen tener la intenci�n de ense�ar la resurrecci�n del cuerpo". "La pretendida posesi�n de secretos misteriosos, ha permitido a la masoner�a Azul de contar sus iniciados por decenas de millares. Nunca fue ninguna pretensi�n a la posesi�n de conocimientos misterioso tan sin fundamento y tan absurda como la de los Grados del Cap�tulo del Arco Azul y Real". [138] "La parodia de Cristiandad de la Masoner�a Azul la hizo simplemente una emasculada e impotente sociedad con grandes y resonantes pretensiones y escasos resultados. Y, a�n as�, sus multitudes adhieren a ella, porque la iniciaci�n es una necesidad del Alma Humana; y porque instintivamente anhela la uni�n de los muchos bajo el mando de una �nica voluntad, en cosas espirituales as� como en cosas temporales, por una Jerarqu�a y un Monarca". [139] "Debe el Adepto entender el significado de los S�mbolos [140] y Oliver declara: "Hermanos, de rango y cargo elevados, desconocen a menudo los principios elementales de la ciencia". [141] Masones, "pueden haber sido Maestros de la C�tedra por cincuenta a�os y aun no haber aprendido el secreto de la Hermandad. Este secreto es, en su propia naturaleza, invulnerable; para el Mas�n que ha llegado a conocerlo, que s�lo pod�a haberlo supuesto y ciertamente no haberlo recibido de nadie; lo ha descubierto, porque ha estado en la logia, marcado, aprendido e interiormente digerido. Cuando llega al descubrimiento, �l incuestionablemente, lo guarda para s� mismo, sin comunicarlo ni aun a su Hermano m�s �ntimo, porque, si esta persona no tiene la capacidad para descubrirlo por si mismo, querr�a asimismo la capacidad para utilizarlo, si lo recibiera verbalmente. Por esta raz�n ser� para siempre un secreto". [142]

En vista del hecho de que los secretos de la Masoner�a son desconocidos de la mayor�a de los masones, los juramentos de secreto tomados sobre la Biblia son de lo m�s sorprendente e injustificable. El juramento, por ejemplo, del primer grado es como sigue: "Yo, en la presencia del Gran Arquitecto del Universo, . . . por la presente y sobre esto solemne y sinceramente juro, que esconder� siempre, encubrir� y nunca revelare ninguna parte o partes, ning�n punto o puntos de los secretos o misterios de o pertenecientes a los Libres y Aceptados Masones en la Masoner�a que se me hubieran dado a conocer hasta este momento, que se me den a conocer ahora o que puedan en cualquier momento futuro serme comunicados" etc. "Estos varios puntos que solemnemente juro observar bajo pena, no menor, de que me corten la garganta y la lengua de ra�z y de que mi cuerpo sea enterrado en las arenas del mar", "o el castigo aun m�s eficaz de ser estigmatizado como un individuo deliberadamente perjuro, vac�o de todo valor moral". "As� que Dios me ayude", etc. Juramentos semejantes, excepto con castigos aun m�s severos, se toman en los grados superiores. Los contenidos fundamentales de las promesas son seg�n Pike: decimoctavo grado: "Me comprometo y garantizo que sostendr� siempre, que corresponde a la Masoner�a el ense�ar las grandes verdades no-sectarias, que no pertenecen exclusivamente a ninguna religi�n y reconozco que no tengo el mas m�nimo derecho para exigir de otros que acepten ninguna interpretaci�n particular de los s�mbolos Mas�nicos, que I les atribuya en virtud de mis creencias personales. Me obligo y solemnemente garantizo que respetare y sostendr� por todos los medios y bajo cualquier circunstancia la Libertad de Expresi�n, la Libertad de Pensamiento y la Libertad de Conciencia en temas religiosos y pol�ticos". [143] Trig�simo Grado: A.-- "Yo solemnemente y libremente juro obediencia a todas las leyes y reglamentos de la Orden, cuya creencia ser� mi creencia, prometo obediencia a todos mis superiores regulares. . . . Me comprometo a dedicarme, alma y cuerpo, a la protecci�n de la inocencia, a la defensa del derecho, a la derrota de la tiran�a y al castigo de toda infracci�n contra la ley de la Humanidad y los derechos del Hombre. . . nunca, ni por inter�s ni por miedo, ni aun para salvar mi existencia, ni me someter� ni sufrir� ning�n despotismo material, que pudiera esclavizar u oprimir a la humanidad por la usurpaci�n o el abuso del poder. Juro nunca someterme ni tolerar ning�n Despotismo intelectual, que pretenda encadenar o trabar el libre pensamiento, etc." B. "Yo solemnemente juro consagrar mi vida a los fines de la Orden de los Caballeros Kadosh, y cooperar lo mas eficazmente por todos los medios prescritos por las autoridades constituidas de la orden para alcanzarlos. Yo solemnemente juro y dedico a estos fines, mis palabras, mi energ�a, mi fuerza, mi influencia, mi inteligencia y mi vida. Yo juro considerarme en adelante y para siempre como el Ap�stol de la Verdad y de los derechos del hombre". C. "Yo me consagrare al m�ximo a traer el debido castigo sobre los opresores, los usurpadores y los perversos; Me comprometo a nunca perjudicar a un Caballero Kadosh, sea por palabra o por hecho. . .; juro que si lo encuentro como enemigo en el campo de batalla, salvar� su vida, cuando me haga el Signo de Auxilio, y lo librar� de prisi�n y cautiverio por tierra o por agua, aun al riesgo de mi propia vida o de mi propia libertad. Me comprometo a defender el derecho y la verdad aun por la fuerza y la violencia, si necesario y si debidamente ordenado por mis superiores regulares". D. "Me comprometo a obedecer sin titubeo cualquier orden que sea de mis Superiores regulares en la Orden". [144]

VII. TRABAJO EXTERNO DE LA FRANCMASONERIA:

SUS REALIZACIONES, INTENCIONES Y M�TODOS

El trabajo externo de la Francmasoner�a, aunque uniforme en su car�cter fundamental y sus l�neas generales, var�a considerablemente en diferentes pa�ses y con distintos s�mbolos Mas�nicos. Prop�sitos "Caritativos" o "filantr�picos" son perseguidos principalmente por las Masoner�as inglesa, alemana y americana, mientras que, pr�cticamente al menos, estos son descuidados por los Masones en los pa�ses latinos, que est�n absortos en actividad pol�tica. Pero aun en Inglaterra, donde se gastan, relativamente, las m�s grandes cantidades para prop�sitos caritativos, la filantrop�a Mas�nica no parece ser inspirada por muy altos ideales de generosidad y desinter�s, por lo menos con respecto a la gran mayor�a de los hermanos; las contribuciones principales son hechas por unos cuantos hermanos muy ricos y el resto por los acomodados. Por otra parte, en todos los pa�ses son casi exclusivamente masones y sus familias quienes se aprovechan de la caridad Mas�nica. La beneficencia Mas�nica hacia el mundo "profano" es poco m�s que figurativa, consistiendo en la propagaci�n y aplicaci�n de los principios Mas�nicos por los que los Masones fingen promover el bienestar de la humanidad; y si los Masones, particularmente en los pa�ses Cat�licos, de vez en cuando se dedican a trabajos caritativos como ordinariamente se entiende, su objetivo es ganar simpat�a y as� hacer avanzar sus verdaderos prop�sitos. En Am�rica del Norte, sobre todo en los Estados Unidos, un aspecto caracter�stico del trabajo externo es la propensi�n a exhibirse en la construcci�n de suntuosos "templos" Mas�nicos, en procesiones Mas�nicas, en la pose de primeras piedras y la dedicaci�n de edificios p�blicos y aun de iglesias cristianas. Esta tendencia ha sido frecuentemente censurada por escritores Mas�nicos. "�La masoner�a de este continente se ha vuelto loca yendo en pos del alto ranguismo y de los altos t�tulos. Les decimos a los hermanos, que si no le ponen m�s atenci�n al simbolismo puro, simple, bello de la logia y menos al oropel, perifollos, fuego y plumas del Ritualismo y Templarismo escoceses, el Gremio ser� sacudido hasta sus mismas fundaciones!" "Que suene la alarma". [145] "Muchos masones han pasado por la ceremonia sin ninguna inspiraci�n; pero, en los desfiles p�blicos de las logias (incluso en Inglaterra) se encuentran generalmente en la primera l�nea y en los banquetes Mas�nicos no pueden ser igualados ni superados". [146]

Pero el objetivo verdadero de ambos trabajos, interno y externo, es la propagaci�n y aplicaci�n de los principios Mas�nicos. El verdadera m�todo Mas�nico es, que la logia es el terreno com�n en el que hombres de diferentes religiones y opiniones pol�ticas, con tal de que acepten los principios generales Mas�nicos, se pueden reunir; por tanto, no interfiere, directa ni activamente, con la pol�tica de los partidos, pero excluye las discusiones pol�ticas y religiosas de las reuniones, dejando a cada Mas�n aplicar los principios a los problemas de cada d�a. Pero este m�todo es abiertamente repudiado por la Masoner�a contempor�nea en los pa�ses latinos y por muchos Consejos Supremos del Antiguo y Aceptado sistema escoc�s, por la Gran Logia de Hungr�a; el Gran Orienta de B�lgica, etc. fue y es pr�cticamente rechazado tambi�n por la masoner�a alemana e incluso por la americana y la inglesa. Por eso las logias Mas�nicas americanas, por lo menos, y abiertamente, as� lo reivindican algunos de los principales autores Mas�nicos, jugaron un papel preponderante en el movimiento de independencia, las logias de los "Ancianos", en general, promovieron este movimiento y las de los "modernos" se pusieron del lado de la Gran Breta�a. [147] seg�n la "Revista Mas�nica" la Francmasoner�a fue instrumental en la formaci�n de la Uni�n Americana (1776), reivindicando cincuenta y dos [148] o incluso cincuenta y cinco [149] de los cincuenta y seis "signatarios de la Declaraci�n de Independencia como miembros de la Orden". Otras publicaciones peri�dicas Mas�nicas, sin embargo, reivindican que s�lo seis de los signatarios [150] y s�lo nueve de los presidentes de los Estados Unidos eran francmasones. [151] En la Revoluci�n francesa (1789) y en los movimientos revolucionarios posteriores en Francia, Italia, Espa�a, Portugal, Am�rica Central y del Sur, Cuerpos Mas�nicos, se dice, tomaron una parte m�s o menos activa, como lo declaran prominentes representantes de las Grandes Logias en los diferentes pa�ses y en muchos casos por historiadores imparciales "profanos". [152] En Rusia tambi�n la Francmasoner�a, finalmente, lleg� a ser una "conspiraci�n pol�tica" de asociaciones organizadas Mas�nicamente que cubrieron el terreno.

Incluso con respecto a la m�s reciente Revoluci�n Turca, parece cierto que el Nuevo partido turco, que hizo y dirigi� la Revoluci�n, fue guiado por masones, y que la masoner�a, sobre todo los Grandes Orientes de Italia y Francia, tuvieron un papel preponderante en esta Revoluci�n. [153] Dirigiendo estas obras, la Francmasoner�a propaga principios que, l�gicamente desarrollados, como se muestra antes, son esencialmente revolucionarios y sirven de base para todo tipo de movimientos revolucionarios. Dirigiendo a los Masones a descubrir por si mismos reformas pr�cticas en conformidad con los ideales Mas�nicos y a trabajar para su realizaci�n, fomenta en sus miembros, y a trav�s de ellos en la sociedad en general, el esp�ritu de innovaci�n. Como una asociaci�n aparentemente inofensiva y aun caritativa, pero que es en realidad, por su secreto y ambiguo simbolismo, sujeta a las m�s diversas influencias, proporciona en tiempos cr�ticos un refugio para la conspiraci�n, y aun cuando sus logias no se transformen ellas mismas en clubes de complots, los Masones son entrenados y alentados a encontrar asociaciones nuevas para tales prop�sitos o a utilizar asociaciones existentes. Por eso, la Francmasoner�a en el siglo XVIII, como un aliado poderoso de la infidelidad, prepar� la Revoluci�n francesa. Se sell� la alianza de la Francmasoner�a con la filosof�a, p�blicamente, por la iniciaci�n solemne de Voltaire, jefe de estos fil�sofos, el 7 de febrero de 1778, y su recepci�n de la t�nica Mas�nica del famoso materialista Hermano Helvetius. [154] Antes de la Revoluci�n, nacieron varias sociedades conspiradoras relacionadas con la Francmasoner�a de la que se apropiaron sus formas y m�todos; Illuminati, clubes de Jacobinos, etc. Un n�mero relativamente importante de los principales revolucionarios fueron miembros de logias Mas�nicas, entrenados por la vida en la logia para sus carreras pol�ticas. Incluso el programa de la Revoluci�n expresado en los "derechos del hombre" fue, como antes se muestra, tomado de los principios Mas�nicos, y su divisa: "Libertad, Igualdad, Fraternidad" es la divisa misma de la Francmasoner�a. De la misma manera, la Francmasoner�a, junto con los Carbonari, cooperaron en el movimiento revolucionario italiano del siglo XIX. Casi todos los jefes prominentes y entre ellos Mazzini y Garibaldi, son ensalzados por la Masoner�a como sus miembros m�s distinguidos. En Alemania y Austria la Francmasoner�a, durante el siglo XVIII fue un poderoso aliado del partido llamado de "Las Luces" (Aufklaerung), y del Josefinismo; durante el siglo XIX de los partidos pseudo-Liberal y anticlerical.

Para apreciar debidamente la actividad de la Francmasoner�a en Alemania, Suecia, Dinamarca e Inglaterra, y en Francia bajo el r�gimen Napole�nico, no se deben descuidar las relaciones especiales entre la Francmasoner�a y las dinast�as reinantes. En Alemania dos terceras partes de los masones eron miembros de las antiguas Grandes Logias Prusianas bajo el protectorado de un miembro de la Dinast�a Real, lo que implica un control severo de toda actividad de la logia en conformidad con los objetivos del Gobierno. As� que los francmasones alemanas son dif�cilmente capaces de una actividad independiente. Pero ellos indudablemente fomentaron el movimiento por el que Prusia gradualmente lleg� a ser el principal estado de Alemania, considerado por ellos como el "representante y el protector de la evoluci�n moderna" en contra del "Ultramontanismo", la "intolerancia", y las "usurpaciones Papales". Tambi�n promovieron el "Kulturkampf". El famoso jurisconsulto Mas�n, Gran Maestro Bluntschli, fue uno de los principales agitadores en este conflicto; tambi�n inspir� la "Kulturkampf" suiza. Por su instigaci�n, la asamblea de la "Federaci�n de las Grandes Logias alemanas", con el objeto de aumentar la actividad de la logia en el sentido de la "Kulturkampf", declar�, el 24 de mayo de 1874: "es un deber profesional para las logias, el cuidar que los hermanos lleguen a ser totalmente conscientes de las relaciones de la Francmasoner�a con la esfera �tica de la vida y con los prop�sitos culturales. Los Francmasones est�n obligados a realizar los principios de la Francmasoner�a en la vida pr�ctica y a defender las fundaciones �ticas de la sociedad humana, siempre que sean atacados. La Federaci�n de las Grandes Logias alemanas facilitar�, que cada a�o se propongan a todas las logias cuestiones de actualidad para discusi�n y acci�n uniforme". [155] Los Francmasones alemanes har�n incansables esfuerzos para ejercer una firme influencia en la vida general de la naci�n, siguiendo los principios Mas�nicos, manteniendo as� una perpetua y silenciosa "Kulturkampf". Los medios principales que emplearan ser�n las bibliotecas populares, conferencias, la afiliaci�n de asociaciones e instituciones afines, la creaci�n, donde sea necesario, de instituciones nuevas, a trav�s de las cuales el esp�ritu Mas�nico penetrara a la naci�n. [156] Una actividad semejante es desplegada por los francmasones austr�acos.

La organizaci�n principal que en Francia afianz� el �xito de la Francmasoner�a fue la famosa "Liga de instrucci�n" fundada en 1867 por el Hermano F. Mac�, que posteriormente fue miembro del Senado. Esta liga afili� e implic� con su esp�ritu a muchas otras asociaciones. La Masoner�a francesa y sobre todo el Gran Oriente de Francia han desplegado la actividad m�s sistem�tica como el elemento pol�tico dominante en la "Kulturkampf" francesa desde 1877. [157] De los documentos oficiales de la Masoner�a francesa contenidos principalmente en el "Bolet�n" oficial y en los "Compte-rendu" del Gran Oriente se ha demostrado que todas las medidas anticlericales pasadas por el Parlamento franc�s fueron decretadas de antemano en las logias Mas�nicas y ejecutadas bajo la direcci�n del Gran Oriente, cuyo objetivo declarado es controlar todo y a todo mundo en Francia. [158] "Yo dije en la asamblea de 1898", declara el diputado Mass�, orador oficial de la Asamblea de 1903, "que es el deber supremo de la Francmasoner�a el interferir cada d�a m�s y m�s en las contiendas pol�ticas y profanas". "�xito (en la lucha anticlerical) es en gran medida debido a la Francmasoner�a; porque es su esp�ritu, su programa, sus m�todos, que han triunfado". "Si se ha establecido el Bloc, esto se debe a la Francmasoner�a y a la disciplina aprendida en las logias. Las medidas que ahora tenemos que acelerar son la separaci�n de la Iglesia y del Estado y una ley sobre la ense�anza. Confiemos en la palabra de nuestro Hermano Combes". "Por mucho tiempo la Francmasoner�a ha sido simplemente la rep�blica oculta", i.e., el parlamento y el gobierno secretos de la Francmasoner�a en realidad gobiernan Francia; el Estado, el Parlamento y el Gobierno profanos simplemente ejecutan sus decretos. "Somos la conciencia del pa�s"; "somos cada a�o la campanilla f�nebre que anuncia la muerte de un gabinete que no ha cumplido con su deber sino que ha traicionado a la Rep�blica; o somos su apoyo, diciendo alentadoramente en un solemne momento: Le presento la voz del pa�s. . . el satisfecit que usted desea, o su reproche que ma�ana ser� sellado por su ca�da". "Requerimos vigilancia y sobre todo confianza rec�proca, si hemos de llevar a cabo nuestro trabajo, a�n no terminado. Este trabajo, usted sabe. . . el combate anticlerical, continua. La Rep�blica debe librarse a s� misma de las congregaciones religiosas, hechandolas fuera con un en�rgico golpe. El sistema de medias tasas es peligroso en todas partes; el adversario debe ser aplastado de un solo golpe". [159] "Es fuera de duda", declar� el presidente de la Asamblea de 1902, Hermano Blatin, con respecto a las elecciones francesas de 1902, "que habr�amos sido derrotados por nuestros bien organizados adversarios, si la Francmasoner�a no se hubiera extendido sobre todo el pa�s". [160]

Junto con esta actividad pol�tica, la Francmasoner�a emple� contra sus adversarios, fueran reales o supuestos, un sistema de espionaje y de falsas acusaciones, cuya exposici�n provoc� la ca�da del gabinete Mas�nico de Combes. En verdad, todas las reformas "anticlericales" Mas�nicas llevadas a cabo en Francia desde 1877, tales como la secularizaci�n de la educaci�n, las medidas en contra de las escuelas privadas cristianas y los establecimientos caritativos, la supresi�n de las �rdenes religiosas y la expoliaci�n de la Iglesia, de manera declarada culminaron en una reorganizaci�n anticristiana e irreligiosa de la sociedad humana, no s�lo en Francia sino en todo el mundo. Por eso la Francmasoner�a francesa, siendo el abanderado de toda la Francmasoner�a, pretende inaugurar la era de oro de la rep�blica Mas�nica universal, incluyendo en la hermandad Mas�nica a todos los hombres y a todas las naciones. "La victoria del Galileo", dijo el presidente del Gran Oriente, Senador Delpech, el 20 de septiembre de 1902, "ha durado veinte siglos. Pero ahora �l muere a su vez. La misteriosa voz, que anuncio (a Juli�n el Ap�stata) la muerte de Pan, hoy anuncia la muerte del impostor Dios que prometi� una era de justicia y paz a aquellos que cre�an en �l. La ilusi�n ha durado mucho tiempo. El mentiroso Dios desaparece ahora a su vez; muere para reunirse en el polvo de las edades con las divinidades de India, Egipto, Grecia, y Roma, que vieron a muchas criaturas postrarse delante de sus altares. Hermanos Masones, nos alegramos declarando que no somos totalmente ajenos a este derrocamiento de los falsos profetas. La Iglesia Romanista, fundada en el mito Galileo, empez� a deteriorarse r�pidamente desde el mismo d�a en el que se estableci� la Asociaci�n Mas�nica". [161]

La afirmaci�n de los masones franceses: "somos la conciencia del pa�s", no era cierta. De las estad�sticas oficiales se determin�, que en todas las elecciones hasta 1906, la mayor�a de los votos fueron en contra del Bloc Mas�nico, y aun el resultado de 1906 no prueba que el Bloc, o masoner�a, en sus medidas y prop�sitos anticlericales representaban la voluntad de la naci�n, ya que lo contrario es evidente por muchos otros hechos. Mucho menos representa �l la "conciencia" de la naci�n. El hecho es, que el Bloc, en 1906, obtuvo una mayor�a tan s�lo porque la mayor parte de esta mayor�a vot� en contra de su "conciencia". Sin duda las reivindicaciones de la Francmasoner�a en Francia son muy exageradas, y los �xitos que han obtenido son debidos principalmente al rebajamiento de la tonalidad moral en la vida p�blica y privada, facilitado por la desuni�n existente entre los cat�licos y por los serios errores pol�ticos que cometieron. Bastante semejante es el trabajo externo del Gran Oriente de Italia que tambi�n pretende ser el porta estandarte de la Francmasoner�a en la lucha laica de la luz y de la libertad Mas�nicas en contra de los poderes de "la oscuridad espiritual y de la esclavitud", que se refieren por supuesto al papado, y sue�a con el establecimiento de un nuevo y universal imperio republicano con una Roma Mas�nica, que reemplazara al imperio papal y C�sareo, como metr�polis. El Gran Oriente de Italia ha declarado frecuentemente que es seguido entusi�sticamente en esta lucha por la Francmasoner�a del mundo entero y, sobre todo, por los centros Mas�nico de Par�s, Berl�n, Londres, Madrid, Calcuta, Washington. [162] No ha sido contradicha ni por una sola Gran Logia en ning�n pa�s, ni las alemanas ni otras Grandes Logias no rompieron de ning�n modo sus relaciones con ella a causa de su vergonzosa actividad pol�tica y anti-religiosa. Pero aunque los objetivos de los masones italianos son quiz�s m�s radicales y sus m�todos m�s astuto que los de los franceses, su influencia pol�tica, debido a la desigualdad de las condiciones sociales circundantes, es menos fuerte. Lo mismo se puede decir de las Grandes Logias belga y h�ngara, que tambi�n consideran al Gran Oriente de Francia como su modelo pol�tico.

Desde 1889, fecha del congreso Mas�nico internacional, reunido en Par�s, los 16 y 17 de julio de 1889, por el Gran Oriente de Francia, se han hecho sistem�ticos y continuos esfuerzos para crear una uni�n m�s estrecha de la Francmasoner�a universal con el fin de realizar eficaz y r�pidamente los ideales Mas�nicos. Los aliados especiales del Gran Oriente en esta tarea son: el Consejo Supremo y la Gran Logia Simb�lica de Francia y las Grandes Logias Mas�nicas de Suiza, B�lgica, Italia, Espa�a, Hungr�a, Portugal, Grecia; Las Grandes Logias de Massachusetts y de Brasil tambi�n fueron representadas en el congreso. El programa seguido por el Gran Oriente de Francia, en sus l�neas principales, dice as�: "La Masoner�a, que prepar� la Revoluci�n de 1789, tiene el deber de continuar su trabajo". [163] Esta tarea se debe de cumplir por la aplicaci�n consistente, completa y estricta, de los principios de la Revoluci�n a todos los departamentos del orden religioso, moral, judicial, legal, pol�tico y social. Como las reformas pol�ticas necesarias est�n realizadas en la mayor�a de sus puntos esenciales, de aqu� en adelante la aplicaci�n consistente de los principios revolucionarios a las condiciones sociales de la humanidad ser� la tarea principal de la Masoner�a. La rep�blica social universal, en la que, despu�s del derrocamiento de toda clase de tiran�a espiritual y pol�tica", de los poderes din�sticos y "teocr�ticos" y de los privilegios de clase, reinara la m�s grande libertad individual posible y una igualdad social y econ�mica en conformidad con los ideales Mas�nicos franceses, verdaderos objetivos finales de esta labor social.

Los siguientes se consideran como los medios principales: (1) destruir radicalmente, por la persecuci�n abierta de la Iglesia o por un sistema hip�crita y enga�oso de separaci�n entre el Estado y la Iglesia, toda influencia social de la Iglesia y de la religi�n, insidiosamente llamada "clericalismo", y, hasta donde sea posible, destruir a la Iglesia y toda verdadera, i.e., religi�n sobrehumana, que vaya m�s all� de un incierto culto de la patria y de la humanidad; (2) Laicizar o secularizar, por un igualmente hip�crita y enga�oso sistema de "no-sectarismo", toda vida p�blica y privada y, sobre todo, la instrucci�n y educaci�n populares. "No-sectarismo" tal como lo entiende el partido del Gran Oriente es un sectarismo anticat�lico e incluso anticristiano, ateo, positivista, o agn�stico disfrazado de no-sectarismo. La libertad de pensamiento y conciencia de los ni�os tiene que desarrollarse sistem�ticamente en el ni�o en la escuela y ser protegida, lo m�s que se pueda, en contra de toda influencia perturbadora, no s�lo por parte de la Iglesia y de los sacerdotes, sino tambi�n de los propios padres de los ni�os y aun por medio de la coacci�n moral y f�sica, s� necesario. El partido del Gran Oriente la considera como la indispensable e indefectiblemente v�a segura hacia el establecimiento definitivo de la rep�blica social universal y de la pretendida paz mundial, como ellos la imaginan, y de la gloriosa era de solidaridad humana y de insuperable felicidad humana en el reino de libertad y justicia. [164]

El esfuerzo para lograr una uni�n m�s estrecha con las Francmasoner�as angloamericana y alemana se hizo principalmente por la Gran Logia Simb�lica de Francia y la "Agencia Mas�nica Internacional" de Neuch�tel (dirigida por el ex-Gran Maestro suizo Quartier-La Tente), vinculado con la peque�a Gran Logia "Alpina" de Suiza. Estas dos Grandes Logias, como agentes secretos del Gran Oriente de Francia, actuaron como mediadores entre �ste y los Cuerpos Mas�nicos de pa�ses angl�fonos y alemanes. Con las Grandes Logias inglesas y americanas sus esfuerzos, hasta ahora, hab�an tenido poco �xito. [165] S�lo la Gran Logia de Iowa parece haber reconocido a la Gran Logia de Francia. [166] La Gran Logia inglesa no s�lo rechaz� la oferta, sino que incluso declar�, el 23 de septiembre de 1907, por medio de su archivista: "Creemos que, estamos mejor en Inglaterra, separados de tal gente. De hecho, la Francmasoner�a tiene un tan mal olor en el Continente de Europa, a causa de ser explotada por Socialistas y Anarquistas, que tenemos que romper enteramente las relaciones con la mayor�a de los Grandes Cuerpos que han abandonado nuestros Linderos". [167] Las Grandes Logias americanas (Massachusetts, Missouri, etc.), en general, parecen estar resueltas a seguir el ejemplo de las Grandes Logias inglesas.

Las Grandes Logias alemanas, al contrario, por lo menos la mayor�a, cedieron ante la presi�n ejercida en ellas por un gran numero de hermanos alemanes. Cautivadas por el partido del Gran Oriente, el 3 de junio de 1906, la Federaci�n de las ocho Grandes Logias alemanas, por 6 votos a 2, decret� establecer relaciones amistosas oficiales con la Gran Logia, y el 27 de mayo de 1909, por 5 votos a 3, restaurar las mismas relaciones con el Gran Oriente de Francia. Este �ltimo decreto provoc� las m�s grandes demostraciones de alegr�a, triunfo y jubilaci�n en el partido del Gran Oriente, que lo consider� como un evento de gran importancia hist�rica. Pero entre tanto una discusi�n en la prensa p�blica fue provocada por algunos art�culos incisivos del "Germania" [168] con el resultado de que, las tres antiguas Grandes Logias Prusianas, que constaban de 37 198 hermanos controladas por el protectorado, abandonando su ambigua actitud en�rgicamente condenaron el decreto del 27 de mayo de 1909, y la actitud de las 5 otras as� llamadas Grandes Logias "humanitarias" alemanas, que constaban de solo 16 448 hermanos. Se esperaba que, las Grandes Logias brit�nicas y americanas, incitadas por el ejemplo de las Grandes Logias alemanas, frente al secular enemigo com�n del Vaticano, se unir�an al partido del Gran Oriente antes del gran congreso Mas�nico universal, que se tendr�a en Roma en 1911. Pero en lugar de una m�s estrecha uni�n de la Francmasoner�a universal so�ada por el partido del Gran Oriente, el �nico resultado fue una divisi�n entre las Grandes Logias alemanas por el que la federaci�n misma fue moment�neamente sacudida hasta sus cimientos.

Pero a pesar del fracaso de las negociaciones oficiales, hab�a muchos alemanes y no pocos masones americanos, que evidentemente, favorec�an, por lo menos, los principales objetivos anticlericales del partido del Gran Oriente. Sorprendente evidencia de esto fue la resultante y violenta agitaci�n mundial, que, con la ocasi�n de la ejecuci�n del anarquista, Hermano Ferrer, 31, un miembro activo del Gran Oriente de Francia [169] fue provocada por los Grandes Orientes de Francia [170] y de Italia [171] para motivar la organizaci�n de un Kulturkampf internacional seg�n el modelo franc�s. En casi todos los pa�ses de Europa, la separaci�n del Estado y de la Iglesia y la laicizacion o neutralizaci�n de la ense�anza y educaci�n populares, fueron y son todav�a exigidas por todos los partidos de Izquierda con redoblada impetuosidad.

El hecho de que hay tambi�n masones americanos, que evidentemente defienden la Kulturkampf en Am�rica e inspiran la Kulturkampf internacional, es atestado por el ejemplo de los Hermanos. J.D. Buck, 33 y A. Pike, 33. Buck public� un libro, "El Genio de la Francmasoner�a", en el que defiende muy en�rgicamente una Kulturkampf para los Estados Unidos. Este libro que, en 1907, estaba en su 3ra edici�n, se recomienda ardientemente a todos los masones americanos por los peri�dicos Mas�nicos. A. Pike, como el Gran Comendador del Supremo Consejo Maestro Mundial (Charleston, Carolina del Sur) no perdi� ninguna oportunidad para, en sus cartas, excitar el esp�ritu anticlerical de sus colegas. En una larga carta del 28 de diciembre de 1886, por ejemplo, le ruega al Gran Comendador italiano, Timoteo Riboli, 33, amigo �ntimo de Garibaldi, de hacer todo lo que este en su poder, para unir a la Masoner�a italiana en contra del Vaticano. El escribe:

El Papado. . . ha sido durante mil a�os el verdugo y la maldici�n de la Humanidad, la impostura m�s desvergonzada, en su pretensi�n al poder espiritual de todas las edades. Con sus t�nicas empapadas y apestando con la sangre de medio mill�n de seres humanos, siempre con el apreciado olor de carne humana quemada en sus narices, se regocija con la renovada

perspectiva del poder. Ha enviado por todo el mundo sus anatemas en contra del gobierno Constitucional y del derecho de los hombres a la libertad de pensamiento y conciencia.

Adem�s,

"En presencia de esta 'Cobra di capello' espiritual, este enemigo mortal, traicionero, asesino, el m�s formidable poder en el mundo, la unidad de la Masoner�a italiana es de necesidad absoluta y suprema; y ante esta necesidad superior y omnipotente todas las consideraciones menores deben deferirse; las disensiones y la desuni�n, en presencia de este enemigo de la raza humana son criminales". "no debe haber ninguna insistencia inflexible, intransigente en opiniones particulares, teor�as, prejuicios, profesiones: sino, al contrario, concesiones mutuas y cooperaci�n armoniosa". "La Francmasoner�a del mundo se regocijar� al ver cumplida y consumada la Unidad de la Francmasoner�a italiana". [172]

Peri�dicos Mas�nicos importantes, por ejemplo, "El Tyler-Keystone Americano" (Ann Arbor), abiertamente patrocinan los esfuerzos del Partido del Gran Oriente franc�s. "La absoluta unidad del Gremio", dice el Antiguo Gran Maestro Clifford P. MacCalla (Pennsylvania), "es un glorioso concepto". "Ni las fronteras de los Estados ni los vastos oc�anos separan a la Fraternidad Mas�nica. Por todas partes es una". "No hay iglesia universal, ni Cuerpo universal de pol�tica; solo hay una Fraternidad universal, esta Francmasoner�a; y cada Hermano que es un miembro digno, puede sentirse orgulloso de ella". [173] Debido a la solidaridad existente entre todos los Cuerpos Mas�nicos y entre los masones individuales, todos son solidariamente responsables por las maldades de sus compa�eros miembros.

Masones representativos, sin embargo, exaltan la pretendida saludable influencia de su orden en la cultura y el progreso humanos. La Masoner�a", dice Frater, Gran Orador, Washington, "es el santuario de grandes pensamientos, de bellos sentimientos, el seminario para el perfeccionamiento de los est�ndares moral y mental de sus miembros. Es como un deposito de moralidad que llueve su benigna influencia en la mente y en el coraz�n". [174] "La Francmasoner�a Moderna", seg�n otros masones, "es un reformador social y moral". [175] "nadie", dice el "Keystone" de Chicago, "ha calculado o puede calcular el tan extenso car�cter de la influencia de la Masoner�a en el mundo. No se limita de ninguna manera a los Cuerpos del Gremio. Cada iniciado es un portador de la luz, una fuente luminosa". [176] "En Alemania como en los Estados Unidos y Gran Breta�a aquellos que han sido lideres de hombres en la vida intelectual, moral y social, han sido francmasones. Ejemplos eminentes en el pasado han sido los Hermanos Fichte, Herder, Wieland, Lessing, Goethe. El m�s grande de todos ellos fue I.W. von Goethe. Bien podemos estar orgullosos de un tal hombre" [177] etc. Los Masones alemanes [178] reivindican para la Francmasoner�a una parte considerable en el espl�ndido desarrollo de la literatura alemana en los siglos XVIII y XIX. Estas reivindicaciones, sin embargo, cuando se examinan con esp�ritu cr�tico, resultan o infundadas o exageradas. La Francmasoner�a inglesa, estaba entonces en un bajo nivel moral e intelectual y retrogradando hacia la ortodoxia, no estaba calificada para ser la creadora o un factor importante en la libre pensadora "Cultura de la Ilustraci�n". La Masoner�a alemana, entonces dominada por el sistema sueco y la Estricta Observancia e intelectual y moralmente degenerada, como los mismos historiadores Mas�nicos lo reconocen, no estaba en mejor condici�n. En verdad los principales hombres literarios de la �poca, Lessing, Goethe, Herder, etc. fueron cruelmente enga�ados y defraudados por lo que vieron y experimentaron en su vida de la Logia. [179] Lessing habl� con desd�n de la vida de la Logia; Goethe describi� las asociaciones Mas�nicas y sus hechos como "necios y p�caros"; Herder escribi�, el 9 de enero de 1786, al famoso Hermano fil�logo Heyne; "sostengo un odio mortal a las sociedades secretas y, como resultado de mi experiencia, tanto dentro de sus c�rculos m�s �ntimos y fuera de ellas, las mando a todas el demonio. Por las constantes conspiraciones para dominar y el esp�ritu de intriga que se arrastra bajo la cubierta". [180]

La Francmasoner�a, lejos de contribuir a la grandeza literaria de estos u otros hombres importantes, se aprovech� del esplendor exterior que su membresia reflej� en ella. Pero la ventaja no fue de ninguna manera merecida, ya que, aun en la plenitud de su fama literaria, no ellos, sino estafadores ordinarios, como Johnson, Cagliostro, etc., fueron los centros alrededor de los cuales el mundo Mas�nico gravit�. Todos los hombres superiores pertenecientes a la Francmasoner�a: Fichte, Fessler, Krause, Schr�der, Mossdorf, Schiffman, Findel, etc., cuando se esforzaron por depurar la vida de la Logia de la charlataner�a, fueron tratados ignominiosamente por la mayor�a de los masones ordinarios y aun por las autoridades de la Logia. Hombres de semejante tendencia de pensamiento son estigmatizados por partidarios Mas�nicos ingleses y americanos como "materialistas" e "iconoclastas". [181] Pero cierto es que las Logias trabajan silenciosa y efectivamente por la propagaci�n y aplicaci�n de los principios Mas�nicos "no-sectarios" en la sociedad y vida humanas. Las revistas Mas�nicas abundan en pasajes a este efecto. As� el Hermano Richardson de Tennessee afirma: "La Francmasoner�a hace su trabajo silenciosamente, pero es el trabajo de un r�o profundo, que silenciosamente empuja hacia el oc�ano, etc." [182] "El abandono de viejos temas y la formaci�n de nuevos", explic� el Supremo Gran sacerdote, J.W. Taylor (Georgia), "no siempre surge de la causa inmediatamente perceptible que el mundo designa, sino que es la culminaci�n de principios que han trabajado en las mentes de hombres por muchos a�os, hasta que por fin el momento apropiado y el ambiente propicio encienden la verdad latente en vida, y, como la luz de la raz�n fluye de mente a mente y la unidad de prop�sito de coraz�n a coraz�n, entusiasmando a todos con una poderosa causa com�n y moviendo naciones como un solo hombre hacia la realizaci�n de grandes fines. Con este principio la Instituci�n de la Francmasoner�a difunde su influencia al mundo de la humanidad. Trabaja calladamente y en secreto, pero penetra a trav�s de todos los intersticios de la sociedad con sus muchas relaciones, y los recipientes de sus muchos favores son intimidados por sus grandes logros, pero no pueden decir de donde lleg�". [183] El "Voice" (Chicago) escribe: "Nunca antes en la historia de las edades ha la Francmasoner�a ocupado una posici�n tan importante, como en el momento actual. Nunca fue su influencia tan notable, el n�mero de sus miembros tan extenso, su ense�anza tan venerada". "Hay m�s masones fuera de la gran Hermandad que dentro de ella". A trav�s de su "moralidad pura" con la que la Francmasoner�a pura es sin�nima, "influencia a la sociedad y, imperceptiblemente, siembra la semilla que trae fruto en sanas leyes y virtuosos decretos. Sostiene el derecho, releva al apurado, defiende al d�bil y levanta al ca�do (por supuesto, todo se entiende en el sentido Mas�nico antes explicado). As�, silenciosa pero segura y continuamente, construye en el gran tejido de la sociedad humana". [184]

La real fuerza de la Francmasoner�a en su trabajo externo es en verdad, que hay m�s masones y con frecuencia mejor calificados para el desempe�o del trabajo Mas�nico, fuera de la hermandad que dentro de ella. La Francmasoner�a misma en Europa y en Am�rica funda sociedades e instituciones similares en forma y objetivo para todas las clases sociales e infunde en ellas su esp�ritu. As� seg�n Gould [185] la Francmasoner�a, desde aproximadamente 1750, "ha ejercitado una influencia notable sobre todas las otras sociedades con obligaci�n de juramento". Lo mismo declaran los Hermanos L. Blanc, Deschamps, etc. por Alemania y otros pa�ses. En los Estados Unidos seg�n la "Enciclopedia de Fraternidades", existen m�s de 600 sociedades secretas, funcionando m�s o menos bajo el velo de formas modeladas en el simbolismo Mas�nico y por la mayor parte notablemente influenciadas por la Francmasoner�a, de manera que uno de cada tres adultos varones en los Estados Unidos es miembro de una o m�s de tales sociedades secretas. "La Francmasoner�a", dice la "Enciclopedia", p.v., "es por supuesto, mostrada como la Madre-Fraternidad de hecho y de nombre". "Pocos de los que est�n bien informados en el tema, negar�n que la Fraternidad Mas�nica sea directa o indirectamente la organizaci�n madre de todas las sociedades secretas modernas, buenas, malas e indiferentes". [186]

Muchos francmasones angloamericanos est�n habituados a protestar fuertemente en contra de todos los cargos que acusan a la Francmasoner�a de interferir en asuntos pol�ticos o religiosos o de hostilidad a la Iglesia o deslealtad a las autoridades p�blicas. Incluso alaban a la Francmasoner�a como "uno de los baluartes m�s fuertes de la religi�n" [187] "la sirvienta de la religi�n" [188] y la "sirvienta de la iglesia". [189] "no hay nada en la naturaleza de la Sociedad", dice el "Artesano Real", Nueva York, "que haga necesario renunciar a una sola frase de cualquier creencia, ni a abandonar ninguna costumbre religiosa o a eliminar un dogma de fe. A nadie se le pide que niegue la Biblia, o que cambie su relaci�n con la Iglesia o a ser menos atento a las ense�anzas de sus instructores y consejeros espirituales". [190] "La Masoner�a en verdad contiene la medula de la Cristiandad". [191] "Es un gran error el pensar que es un enemigo de la Iglesia". "No se presenta a s� misma como un substituto de esa instituci�n predestinada por Dios". "Se presenta a s� misma como un asociado, como un aliado, como un ayudante en la gran obra de la regeneraci�n de la raza, del ennoblecimiento del hombre". [192] En consecuencia, "negamos el derecho a la Iglesia Romish (Romana) de excluir de su comuni�n aquellos de su grey que han tomado responsabilidades en la Orden de la Francmasoner�a". [193] Aunque tales protestaciones parecen ser sinceras e incluso muestran un elogiable deseo de sus autores de no entrar en conflicto con la religi�n y la Iglesia, son desmentidos por bien conocidos hechos. Indudablemente la Francmasoner�a y la religi�n "cristiana" o "cat�lica" no se oponen la una a la otra, cuando los masones, algunos por error y otros hip�critamente entiende "cristiano" o "cat�lico" en el sentido Mas�nico precedentemente descrito, o cuando la misma Masoner�a, equivocadamente, se considera como una instituci�n ortodoxa cristiana. Pero entre la "Masoner�a" y la religi�n "cristiana" o "cat�lica", tomadas como verdaderamente son: entre la Francmasoner�a "no-sectaria" y la Cristiandad o el Catolicismo "dogm�ticos, ortodoxos", hay una oposici�n radical. Es vano decir: aunque la Masoner�a es oficialmente "no-sectaria", no impide a masones individuales el ser "sectarios" en sus relaciones no Mas�nicas; ya que en su "no-sectarismo" oficial, la Francmasoner�a necesariamente combate todo lo que la Cristiandad contiene fuera de la "religi�n universal en la que todos los hombres est�n de acuerdo", por consiguiente todo aquello que es caracter�stico de la religi�n cristiana y cat�lica. La Francmasoner�a combate estos rasgos distintivos no s�lo como superfluos y meramente subjetivos, sino tambi�n como adiciones espurias que desfiguran la verdad objetiva universal, que profesa. Ignorar Cristo y la Cristiandad, es pr�cticamente rechazarlos como estructuras que no son esenciales.

Pero la Francmasoner�a va m�s lejos y ataca al Catolicismo abiertamente. La "Voice" (Chicago), por ejemplo, en un art�culo que empieza: "no hay nada en la religi�n cat�lica que sea adverso a la Masoner�a", contin�a,

porque la verdad es, que la Masoner�a encarna esa religi�n en la que todos los hombres est�n de acuerdo. Esto es tan verdadero como que toda religi�n verdadera, dondequiera que se encuentre, es en substancia la misma. Ni est� en �l poder de ning�n hombre ni Cuerpo de hombres el hacerlo de otra manera. Doctrinas y formas de observancia conformes a la piedad, impuestas por directores espirituales, pueden ser tan variadas como las direcciones del viento; y como estos �ltimos pueden guerrear el uno con el otro sobre la faz de la tierra entera, pero no son religi�n. Intolerancia y celo, las suposiciones del clero, con todas sus innumerables invenciones para amplificar e impresionar al mundo. . . son siempre las principales causas de disputa, odio y venganza, que difaman y destierran a la religi�n y sus inseparables virtudes, y provocan da�o atroces, dondequiera que se encuentra la humanidad en la tierra. El papado y el clero est�n tan unidos, que pueden ser llamados lo mismo; la verdad es, que el primero no es ni m�s ni menos que un caso especial del segundo, que es una forma particular de un principio vicioso, que �l mismo no es sino el resultado del orgullo de la autosuficiencia y del deseo de poder. Nada de lo que se puede nombrar, es m�s repugnante al esp�ritu de la Masoner�a, no hay nada en contra de lo que m�s cuidadosamente nos defendamos, y esto ha sido siempre bien entendido por todos los maestros expertos, y debe en verdad decirse, que tal es la sabidur�a de las ense�anzas, i.e. de la instrucci�n Mas�nica en las Logias, etc. [194]

Similares discusiones, que contienen en casi cada palabra un ataque oculto o abierto en contra de la Cristiandad, abundan en las verdaderas revistas y libros Mas�nicos de todos los pa�ses. El ex Gran Di�cono J.C. Parkinson, un ilustre Mas�n ingl�s, francamente confiesa: "Los dos sistemas, el Romanismo y la Francmasoner�a, no son s�lo incompatibles, sino que se oponen radicalmente el uno al otro" [195] y masones americanos dicen: "no haremos francmas�n un hombre, hasta que sepamos que no es cat�lico". [196]

Con respecto a la lealtad hacia el "gobierno legal" masones americanos pretenden que "en todas partes los Francmasones, individual y colectivamente, son defensores fieles y activos de los gobiernos republicanos o constitucionales". [197] "Nuestros principios son todos republicanos". [198] "Fidelidad y Lealtad, y paz y orden, y subordinaci�n a las autoridades legales son los dioses tutelares de la Francmasoner�a" [199] y francmasones ingleses declaran que, "la lealtad de los masones ingleses es proverbial". [200] Estas protestaciones de francmasones ingleses y americanos, en general, se consideran sinceras en lo que concierne a sus gobiernos reales. Ni aun el revolucionario Gran Oriente de Francia piensa en derrocar el orden pol�tico actual en Francia, lo que seria en total conformidad con sus deseos. La pregunta es, si los francmasones respetan un Gobierno leg�timo en su propio y en otros pa�ses, cuando no esta inspirado por principios Mas�nicos. En este aspecto tanto los francmasones ingleses como los americanos, por sus principios y conducta, provocan el veredicto condenatorio de la opini�n p�blica ilustrada e imparcial. Hemos ya precedentemente indicado el caprichoso Art�culo II de los "Antiguos Cargos", calculado para alentar la rebeli�n en contra de los Gobiernos que no est�n de acuerdo con los deseos de la Francmasoner�a. La "Cr�nica del Francmas�n" no hace mas que expresar fielmente los sentimientos de la Francmasoner�a angloamericana, cuando escribe:

Si afirm�ramos que bajo ninguna circunstancia se ha encontrado a un Mas�n dispuesto a tomar las armas en contra de un mal gobierno, declarar�amos solamente que, en momentos de prueba, cuando el deber, en el sentido Mas�nico, para con el estado significa antagonismo al Gobierno, habr�an fracasado en el deber m�s alto y m�s sagrado de un ciudadano. La rebeli�n en algunos casos es un deber sagrado, y nadie, sino un intolerante o un necio, dir�, que nuestros compatriotas se equivocaron, cuando tomaron las armas en contra del Rey James II. La lealtad a la libertad, en un caso de esta clase, anula todas las otras consideraciones, y cuando rebelarse significa ser libre o perecer, ser�a in�til insistir en que un hombre debe recordar obligaciones que nunca se pensaron para robarlo de su condici�n de ser humano y de ciudadano. [201]

Tal lenguaje satisfar�a igualmente a todo movimiento an�rquico. Las declaraciones citadas se hicieron en defensa de masones conspiradores espa�oles. S�lo una p�gina m�s all�, la misma revista Mas�nica inglesa escribe: "Ciertamente la Masoner�a italiana, que ha rendido un tan inestimable servicio en la regeneraci�n de este pa�s tan espl�ndido", "es digna de la alabanza m�s alta". [202] "Una francmas�n, movido por altos principios", dice la "Voice" (Chicago), "asestar�a justificadamente un golpe a la tiran�a y se asociar�a con otros para obtener el necesario remedio, por medios que ordinariamente no son justificables. La historia ofrece muchos casos de actos que han sido justificados por eventos posteriores, y ninguno de nosotros, masones o no, nos inclinamos a condenar los complotes tramados entre Paul Revere, Dr. J. Warren y otros, en la antigua Taberna del Drag�n Verde, el cuartel general de la Francmasoner�a Colonial en Nueva Inglaterra, porque estos complotes fueron inspirados por elevados prop�sitos y el resultado no s�lo los justifico, sino que coron� a esos h�roes con la gloria". [203] "Ning�n francmas�n" dijo Right Rev. H.C. Potter en el centenario del Gran Cap�tulo del Arco Real, Nueva York, "puede honorablemente doblar la rodilla delante de ning�n potentado extranjero (ni siquiera delante del Rey Edward VII de Inglaterra) civil o eclesi�stico (el Papa) o ofrecer fidelidad a ninguna soberan�a extranjera, temporal o espiritual". [204] De esta declaraci�n es evidente que, seg�n Potter, ning�n cat�lico puede ser Mas�n. En conformidad con estos principios, francmasones americanos e ingleses apoyaron a los lideres del movimiento revolucionario en el continente europeo. Kossuth, que "hab�a sido un l�der en la rebeli�n contra la tiran�a austr�aca", fue entusi�sticamente recibido por masones americanos, solemnemente iniciado en la Francmasoner�a en Cincinnati, el 21 de abril de 1852, y se le ofreci� un generoso regalo como prueba de "que en el altar de la Logia de San Juan el fuego del amor irradi� tan intensamente, que encendi� con su luz incluso los m�s profundos apartados y las fortalezas monta�osas de Hungr�a". [205] Garibaldi, "el m�s grande francmas�n de Italia" [206] y Mazzini fueron tambi�n alentados por los francmasones angloamericanos en sus empresas revolucionarias. [207] "El Mas�n tenaz", dice la "Voice" (Chicago)", nunca ser� hallado comprometido en conspiraciones o complotes con el prop�sito de derrocar y subvertir un gobierno basado en los principios Mas�nicos de libertad y derechos equitativos". [208] "Pero" declara Pike, "con lengua y pluma, con todas nuestras influencias abiertas y secretas, con el dinero, y si fuera menester, con la espada, promoveremos la causa del progreso humano y laboraremos para conceder derechos pol�ticos al pensamiento humano, darle libertad a la conciencia humana (sobre todo de las 'usurpaciones' papales) y derechos justos a la gente en todas partes. Dondequiera que una naci�n luche por ganar o recuperar su libertad, dondequiera que la mente humana afirme su independencia y las personas exijan sus derechos inalienables, all� ir� nuestra m�s cordial simpat�a". [209]

VIII. ACCION DE LAS AUTORIDADES DEL ESTADO Y DE LA IGLESIA

Bastante curiosamente, el primer soberano que se uni� y protegi� a la Francmasoner�a fue el Emperador cat�lico alem�n Francisco I, fundador de la l�nea real de Austria, mientras que las primeras medidas contra la Francmasoner�a fueron tomadas por Gobiernos Protestantes: Holanda, 1735; Suecia y Ginebra, 1738; Zurich, 1740; Berna, 1745. En Espa�a Portugal e Italia, medidas contra la Masoner�a fueron tomadas despu�s de 1738. En Bavaria la Francmasoner�a se prohibi� en 1784 y 1785; en Austria 1795; en Baden 1813; en Rusia 1822. Desde 1847 se ha tolerado en Baden, desde 1850 en Bavaria, desde 1868 en Hungr�a y Espa�a. En Austria la Francmasoner�a se prohibi� porque, tal como la Corte Superior de la Administraci�n correctamente declar� el 23 de enero de 1905, una asociaci�n Mas�nica, aunque establecida de acuerdo con la ley, "ser�a un miembro de una gran organizaci�n (internacional) (en realidad regida por los 'Antiguos Cargos', etc. seg�n los principios generales y objetivos Mas�nicos), cuyos verdaderos reglamentos se mantendr�an ocultos de las autoridades civiles, de manera que no se puede controlar la actividad de los miembros". [210] De hecho se da por sentado que los masones Austro-h�ngaros, cualesquiera que fueran los estatutos que pudieran presentar al Gobierno austr�aco para obtener su autorizaci�n, continuar�an de hecho a tener al Gran Oriente franc�s como su verdadero modelo, y a los Hermanos Kossuth, Garibaldi, y Mazzini como los h�roes, que se esforzar�an de imitar. El decreto Prusiano de 1798 prohibi� la Francmasoner�a en general, exceptuando las tres antiguas Grandes Logias Prusianas que el protectorado somet�a a un estricto control por el Gobierno. Este decreto, aunque jur�dicamente abrogado por el decreto del 6 de abril de 1848, pr�cticamente, seg�n una decisi�n de la Suprema Corte del 22 de abril de 1893, debido a una interpretaci�n err�nea de los �rganos de la administraci�n, permaneci� en vigor hasta 1893. De igual manera, en Inglaterra se aprob� una Acta del Parlamento, el 12 de julio de 1798, para la "supresi�n m�s eficaz de las sociedades establecidas para sediciones y prop�sitos traicioneros y para evitar traiciones y pr�cticas sediciosas". Por esta Acta las asociaciones y reuniones Mas�nicas en general fueron prohibidas, y s�lo las Logias existentes el 12 de julio de 1798, y regidas seg�n las antiguas reglas de la Masoner�a del reino fueron toleradas, a condici�n de que dos representantes de la Logia debiesen tomar el juramento, delante de los magistrados, de que la Logia exist�a y era regida tal como el Acto ordenaba. [211] Durante el per�odo 1827-34, se tomaron medidas en contra de la Francmasoner�a en algunos de los Estados Unidos de Am�rica. Acerca de los pa�ses europeos se puede declarar que, todos aquellos Gobiernos que no se hab�an originado en el movimiento revolucionario, se esforzaron por protegerse en contra de las sociedades secretas Mas�nicas.

La acci�n de la Iglesia esta resumida en las declaraciones papales en contra de la Francmasoner�a desde 1738, las m�s importantes de las cuales son:

Clemente XII, Const. "In Eminenti", 28 abril, 1738;

Benedicto XIV, "Providas", 18 mayo, 1751;

P�o VII, "Ecclesiam", 13 septiembre, 1821;

Le�n XII, "Quo graviora", 13 marzo, 1825;

P�o VIII, Encycl. "Traditi", 21 mayo, 1829;

Gregorio XVI, "Mirari", 15 agosto, 1832;

P�o IX, Encycl. "Qui pluribus", 9 noviembre, 1846;

P�o IX, Alloc. "Quibus quantisque malis", 20 abril, 1849;

P�o IX, Encycl. "Quanta cura", 8 diciembre, 1864;

P�o IX, Alloc. "Multiplices inter", 25 septiembre, 1865;

P�o IX, Const. "Apostolic� Sedis", 12 octubre, 1869;

P�o IX, Encycl. "Etsi multa", 21 noviembre, 1873;

Le�n XIII, Encycl. "Humanum genus", 20 abril, 1884;

Le�n XIII, "Pr�clara", 20 junio, 1894;

Le�n XIII, "Annum ingressi", 18 marzo, 1902 (en contra de la Francmasoner�a italiana);

Le�n XIII, Encycl. "Ets� nos", 15 febrero, 1882;

Le�n XIII, "Ab Apostolici", 15 octubre, 1890.

Estas declaraciones pontificales de la primera a la ultima est�n en completa armon�a, las �ltimas reafirman las primeras con los desarrollos exigidos por el crecimiento de la Francmasoner�a y otras sociedades secretas.

Clemente XII con precisi�n indica las razones principales por las cuales las asociaciones Mas�nicas, seg�n los puntos de vista cat�lico, cristiano, moral, pol�tico y social, deben ser condenadas. Estas razones son:

El peculiar, "no-sectario" (en verdad, anticat�lico y anticristiano) car�cter naturalista de la Francmasoner�a, por el que te�rica y pr�cticamente menoscaba la fe cat�lica y cristiana, primero en sus miembros y a trav�s de ellos en el resto de la sociedad, crea indiferencia religiosa y desprecio por la ortodoxia y la autoridad eclesi�stica.

El secreto inescrutable y el enga�oso siempre cambiante disfraz de la asociaci�n Mas�nica y de su "obra", por la que "hombres de esta especie entran como ladrones dentro de la casa y como zorros maniobran para desarraigar el vi�edo", "pervirtiendo el corazon de los humildes", arruinando su bienestar espiritual y temporal.

Los votos de secreto y de fidelidad a la Masoner�a y a la obra Mas�nica, que no pueden ser justificados en su prop�sito, su objeto, o su forma, y no pueden, por consiguiente, causar ninguna obligaci�n. Los juramentos son condenables, porque el prop�sito y objeto de la Masoner�a son "perversos" y censurables, y el aspirante, en la mayor�a de los casos, ignora la importancia o la magnitud de la obligaci�n que �l toma. Adem�s los "secretos" ritualisticos y doctrinales que son el objeto principal de la obligaci�n, seg�n las autoridades Mas�nicas superiores, o son nader�as o ya no existen. [212] En ambos casos el juramento es un abuso condenable. Incluso las maneras de reconocimiento Mas�nico, que se presentan como el principal y �nico "secreto" indispensable de la Masoner�a, est�n publicadas en muchos libros impresos. En consecuencia, los verdaderos "secretos" de la Masoner�a, si tales hay, pueden s�lo ser las conspiraciones pol�ticas o anti-religiosas como los complotes de las Grandes Logias en los pa�ses latinos. Pero tales secretos, condenados, al menos te�ricamente, por los mismos masones angloamericanos, no har�an el juramento u obligaci�n sino m�s inmoral y por consiguiente nulo e inv�lido. Por eso en todo aspecto, los juramentos Mas�nicos no son s�lo sacr�legos sino tambi�n un abuso contrario al orden p�blico que requiere de juramentos y compromisos solemnes como el principal medio para mantener la veracidad y la lealtad en el Estado y en la sociedad humana, y que, por tanto, no deben ser envilecidos ni caricaturizados. En la Masoner�a se degrada el juramento aun m�s por su forma que incluye las penalidades m�s atroces, por la "violaci�n de obligaciones" que ni siquiera existen; una "violaci�n" que, en verdad ser�a y en muchos casos es, un deber imperioso.

El peligro que tales sociedades representan para la seguridad y la "tranquilidad del Estado" y para "la salud espiritual de las almas", y por tanto su incompatibilidad con las leyes civil y can�nica. Porque aun admitiendo que algunas asociaciones Mas�nicas no persiguieran ning�n prop�sito contrario a la religi�n y al orden p�blico, ser�an sin embargo contrarias al orden p�blico, porque por su misma existencia como sociedades secretas basadas en los principios Mas�nicos, alientan y promueve la fundaci�n de otras sociedades secretas muy peligrosas y hacen dif�cil, si no imposible, la acci�n eficaz de las autoridades civiles y eclesi�sticas en contra de ellas.

De los otros decretos papales s�lo algunas declaraciones caracter�sticas requieren el ser mencionadas. Benedicto XIV apela con la mayor urgencia a los pr�ncipes cat�licos y a los poderes civiles para obtener su ayuda en la lucha contra la Francmasoner�a. P�o VII condena la sociedad secreta de los Carbonari que, si no un v�stago, es "seguramente una imitaci�n de la sociedad Mas�nica" y, como tal, ya incluida en la condenaci�n emitida contra ella. Le�n XII deplora el hecho de que los poderes civiles no hayan tomado en cuenta los primeros decretos papales y, en consecuencia, que de las antiguas sociedades Mas�nicas hayan surgido sectas aun m�s peligrosas. Entre ellas la "Universitaria" se menciona como la m�s perniciosa. "Se debe considerar cierto", dice el papa, "que estas sociedades secretas est�n enlazadas por el v�nculo de los mismos prop�sitos criminales". Gregorio XVI de la misma manera declara que las desgracias de la �poca son principalmente debidas a la conspiraci�n de las sociedades secretas, y como Le�n XII, deplora la indiferencia religiosa y las falsas ideas de tolerancia propagadas por las sociedades secretas. P�o IX [213] describe la Francmasoner�a como una organizaci�n insidiosa, fraudulenta y perversa perjudicial para la religi�n y la sociedad; y condena nuevamente "esta Mas�nica y otras sociedades semejantes, que difieren s�lo en apariencia, y que se unen constante y abiertamente o en secreto complot contra la Iglesia o la autoridad legal". Le�n XIII (1884) dice: "Hay varias sectas, que aunque difieren en nombre, rito, forma y origen, est�n sin embargo tan unidas por una comunidad de prop�sitos y por la similitud de sus principales principios que no son verdaderamente mas que una con la secta Mas�nica, que es una clase de centro, de donde todas ellas proceden y adonde todas ellas regresaran". El prop�sito final de la Francmasoner�a es "el derrocamiento de todo el orden religioso, pol�tico y social basado en las instituciones cristianas y el establecimiento de un nuevo estado de cosas seg�n sus propias ideas y basado en sus principios y leyes de Naturalismo puro".

En vista de estas varias razones a los cat�licos, desde 1738, les est�, bajo pena de excomuni�n incurrida ipso facto y reservada al papa, estrictamente prohibido entrar o promover de cualquier manera las sociedades Mas�nicas. La ley ahora en vigor [214] pronuncia la excomuni�n en "aquellos que entran en las sectas Mas�nicas o del Carbonarias u otras del mismo tipo, que, abiertamente o en secreto, complotan en contra de la Iglesia o autoridad legal y aquellos que de cualquier manera favorisan estas sectas o no denuncia a sus jefes y miembros principales". Bajo este encabezado se debe tambi�n hacer menci�n de la "Instrucci�n Pr�ctica de la Congregaci�n de la Inquisici�n del 7 de mayo de 1884 [215] y de los decretos de los Concilios Provinciales de Baltimore, 1840; Nueva Orleans, 1856; Quebec, 1851, 1868; del primer Consejo de las Colonias inglesas, 1854; y particularmente de los Concilios Plenarios de Baltimore, 1866 y 1884. [216] Estos documentos se refieren principalmente a la aplicaci�n de los decretos papales seg�n la condici�n peculiar de las provincias eclesi�sticas respectivas. El Tercer Consejo de Baltimore, n. 254 sig., expone el m�todo de determinar si si o no una sociedad se debe considerar como incluida en la condenaci�n papal de la Francmasoner�a. En esto reserva la decisi�n final a una comisi�n que consta de todos los arzobispos de las provincias eclesi�sticas representadas en el concilio, y, si no puede llegar a una conclusi�n un�nime, refiere a la Santa Sede.

Estos decretos papales y censuras en contra de la Francmasoner�a han sido frecuentemente la ocasi�n de cargos err�neos e injustos. La excomuni�n se interpret� como una "imprecaci�n" que maldijo a todos los francmasones y los conden� a la perdici�n. En verdad, una excomuni�n es simplemente una pena eclesi�stica, por la que los miembros de la Iglesia deben ser disuadidos de cometer acciones que son criminales seg�n la ley eclesi�stica. El papa y los obispos, por consiguiente, como fieles pastores del reba�o de Cristo, no puede sino condenar a la Francmasoner�a. Traicionar�an, como Clemente XII declar�, sus deberes m�s sagrados, si no se opusieran con todo su poder a la propagaci�n insidiosa y a la actividad de tales sociedades en los pa�ses cat�licos o con respecto a los cat�licos en los pa�ses mixtos y protestantes. La Francmasoner�a promueve sistem�ticamente la indiferencia religiosa y socava las verdaderas Fe y vida, i.e., cristianas ortodoxas y cat�licas. La Francmasoner�a es esencialmente Naturalismo y, en consecuencia, opuesta a todo supernaturalismo. Acerca de algunas acusaciones particulares de Le�n XIII (1884) desafiadas por los francmasones, ej., el car�cter ateo de la Francmasoner�a, se debe observar, que el papa considera la actividad de las sociedades Mas�nicas y similares en su totalidad, aplic�ndoles el t�rmino que designa a la mayor parte de estas sociedades y entre los Cuerpos Mas�nicos aquellos, que promueven los as� llamados "anticlericales", en realidad irreligiosos y revolucionarios, principios de la Francmasoner�a l�gicamente a sus ultimas consecuencias y as�, en verdad, son, tal como eran, los fortines avanzados y portaestandartes del total e inmenso ej�rcito anticat�lico y anti-papal en la guerra mundial espiritual de nuestra �poca. En este sentido tambi�n el papa, de acuerdo con una visi�n b�blica y evang�lica fundamental desarrollada por San Agust�n en su "De civitate Dei", as� como el poeta Mas�nico Carducci en su "Himno a Satan�s", considera a Satan�s como el jefe supremo espiritual de este ej�rcito hostil. De esta manera, Le�n XIII (1884) expl�citamente declara:

Lo que decimos, debe ser entendido de la secta Mas�nica en la acepci�n universal del t�rmino, ya que incluye a todas las sociedades aparentadas y asociadas, pero no de las personas que son miembros. Puede haber personas entre estos, y no pocos, que, aunque no libres de la culpa de haberse comprometido ellos mismos en tales asociaciones, no son ellos mismos c�mplices en sus actos criminales ni est�n enterados del objetivo final que estas asociaciones se esfuerzan por obtener. De la misma manera, es quiz�s posible que, algunos de los varios Cuerpos de la asociaci�n, no aprueben de ninguna manera ciertas conclusiones extremas, que aceptar�an consistentemente como consecuencia necesaria de los principios generales comunes a todos, si no fueran disuadidos por el car�cter depravado de las conclusiones.

"La federaci�n Mas�nica se debe juzgar no tanto por los actos y cosas que ha llevado a cabo, sino por la totalidad de sus principios y prop�sitos".

NOTAS

[1] The Freemason's Chronicle [La Cr�nica de La francmasoner�a], 1908, I, 283, se le referencia frecuentemente en este art�culo como Chr.

[2] Concise Hist. [Breve Hist]., 109, 122.

[3] Gould, "Hist.", I, 378, 379, 410; II, 153 sigs. siguientes

[4] A. Q. C., VIII, 35. 155 sig.; Boos, 104 [sigs.

[5] A. Q. C., X, 10-30; IX, 167.

[6] A. Q. C., XI, 166-168.

[7] Vorgeschichte, I, 1909, 42-58.

[8] A. Q. C., X, 20-22.

[9] Gould, Concise History [Breve Historia], 166 sig.

[10] Simbolismo de la Francmasoner�a, 1869, 303.

[11] 1900, I, 320 sig.

[12] "Transacciones de la Logia Ars Quatuor Coronatorum", XI (Londres, 1898), 64.

[13] Enciclopedia, 296.

[14] Chr., 1890, II, 145.

[15] Donnelly, "Atlantis el Mundo Antediluviano".

[16] Oliver, I, 20, sig.

[17] Chr., 1880, I, 148; II, 139; 1884, II, 130; Gruber, 5, 122-128.

[18] Ver, por ejemplo, "The Voice" de Chicago, Chr., 1885, I, 226.

[19] Ritual ingl�s, 1908, casi id�ntico a otros rituales ingl�s, irland�s, escoc�s, y americano.

[20] Ver Gould, "Hist.", I, 408, 473, etc.

[21] "Handbuch", 3ra ed., I, 321; Begemann, "Vorgeschichte, etc."., 1909, I, 1 sigs.

[22] Historia, II, 2, 121.

[23] A. Q. C., X, 128.

[24] Enciclopedia, 296 sig.

[25] 3, 17-39.

[26] Chr., 1878, I, 187, 194 sigs.

[27] Mackey, "Jurisprudencia", 17-39; Chr., 1878, I, 194 sigs.; 1888, I, 11).

[28] Fischer, I, 14 sig.; Groddeck, 1 sigs., 91 sigs.; "Handbuch", 3ra ed., II, 154.

[29] Gran Logia Ms. No. 1, Gould, "Breve Historia", 236; Thorp, Ms. 1629, A. Q. C., XI, 210; Rawlinson Ms. 1729-39 A. Q. C., XI, 22; Hughan, "Cargos Antiguos".

[30] Groddeck; "Handbuch", 3ra ed., I, 466 sigs.

[31] Oliver, "Ruina", I, 96; 332.

[32] Chr., 1876, I, 113.

[33] tambi�n ver Chr., 1878, I, 180; 1884, II, 38; etc., Gould, "Hist. Breve", 289 sig.

[34] Lexicon, 42.

[35] Kunsturkunden, 1810, I, 525.

[36] Begemann, "Vorgeschichte", II, 1910, 127 sig., 137 sig.

[37] Calcott, "Una Disquisition C�ndido, etc.", 1769; Oliver, "Ruinas", II, 301.

[38] Gould, "Historia", II, 400.

[39] Calcott; Oliver, ibid., II, 301-303.

[40] "Signo.", 1904, 45 sig.., 54; Gruber (5), 49 sigs.; Idem (4), 23 sig.

[41] Findel, "Die Schule der Hierarchie, etc."., 1870, 15 sigs.; Schiffmann, "Die Entstehung der Rittergrade", 1882, 85, 92, 95 sig.

[42] Bulletin du Grand Orient de France, 1877, 236-50.

[43] "Intern. Bull"., Berne, 1908, No. 2.

[44] Chr., 1878, I, 161.

[45] 3ra ed., II, 231.

[46] Chr., 1890, I, 243.

[47] Acacia, 1907, I, 48.

[48] Sign., 1907, 133 sig.

[49] Sign., 1905, 54.

[50] Chr., 1878, I, 134.

[51] Morales y Dogma, 643 sigs.

[52] 3ra ed., II, 200.

[53] Sign., 1905, 27.

[54] Rivista, 1909, 44.

[55] Gould, "Historia", II, 284 sig.

[56] Historia Breve, 309.

[57] A. Q. C., X, 127 sigs.; XI, 47 sigs.; XVI, 27 sigs.

[58] Gould, "Breve Hist., 272; 310- 17.

[59] Ibid., 280.

[60] Ibid., 318.

[61] Handbuch, 3rd ed., I, 24 sigs.; II, 559 sigs.

[62] Chr., 1906, II, 19 sig.; 1884, II, 306.

[63] A. Q. C., XI, 43.

[64] Preston, "Ilustraciones", 296 [seq].

[65] Chr., 1887, II, 313.

[66] Drummond., "Chr"., 1884, II, 227; 1887, I, 163; II, 178; Gould, "Historia Breve", 413.

[67] Prichard, "Masoner�a Disecada", 1730.

[68] Gould, "Historia Breve", 274 sig., 357 sig.; Boos, 174 sig.

[69] Handbuch, 2nd ed., II, 100.

[70] Abafi, I, 132.

[71] Boos, 170, 183 sigs., 191.

[72] Ver ILLUMINATI, y Boos, 303.

[73] Robertson, "Chr"., 1907, II, 95; ver tambi�n Engel, "Gesch. des Illuminatenordens", 1906.

[74] Bauh�tte, 1908, 337 sigs.

[75] Sign., 1898, 100; 1901, 63 sigs.; 1902, 39; 1905, 6.

[76] , 292 sig.

[77] Franc�s V�n�rable; German Meister von Stuhl.

[78] Chr., 1885, I, 259.

[79] Chr., 1881, I, 66.

[80] Chr., 1884, II, 196.

[81] Chr., 1885, I, 259), etc., etc.

[82] Gedanken und Erinnerungen, 1898, I, 302 sig.

[83] Solstice, 24 June, 1841, Proc�s-verb., 62.

[84] 3ra ed., II, 109.

[85] Ver tambien Francmas�n, Lond., 1901, 181; Clavel, 288 sigs.; Ragon, "Cours", 164; Herold, 191, no. 10; "Handbuch", 2nd

ed., II, 451 sigs.

[86] E.g., Krause, ibid., 2nd ed., I, 2, 429; Marbach, "Freimaurer-Gel�bde", 22-35.

[87] Mackey, "Jurisprudencia", 509.

[88] Thorp, Ms., 1629, A. Q. C., XI, 210; Rawlinson, Ms. 1900, A. Q. C., XI, 22; Hughan, "Antiguos Cargos".

[89] Chr., 1875, I, 81.

[90] Jurisprudencia, 510, nota 1.

[91] Chr., 1885, I, 161.

[92] Chr., 1889, II, 58.

[93] Chr., 1883, II, 331.

[94] Mackey, "Jurisprudencia", 232 sig..

[95] Mackey, op. cit., 514 sigs.

[96] Par�s, 1889; Amberes, 1894; La Haya, 1896; Par�s, 1900; Ginebra, 1902; Bruselas, 1904; Roma, planeado para Oct., 1911.

[97] Chr., 1907, II, 119.

[98] Off. Bull., 1885, VII, 29.

[99] Mackey, "Enciclopedia", 1908, 1007 sig.: "Anual de la Masoner�a Universal", Berna, 1909; "Mas. Libro del A�o 1909", Londres; "Kalendar f�r Freimaurer", Leipzig, 1909.

[100] I, 340.

[101] Chr., 1890, I, 99.

[102] Chr., 1900, II, 3.

[103] A. Q. C., XVI, 28.

[104] Chr., 1902, I, 167.

[105] (1), 105.

[106] (1), 819.

[107] (1), 355.

[108] (3), 128.

[109] (1), 218.

[110] Santuario Intimo I, 311.

[111] Oliver, Hist. Linderos, I, 128.

[112] Oliver, ibid., I, 146, 65; II, 7 sig.

[113] Clavel, Ragnon, etc.

[114] Pike, Mackey, etc.

[115] Pike (1), 771 sig.

[116] (4), 397.

[117] Pike (1), 698 sig., 751, 849; (4), IV, 342 sig..; Mackey, "Simbolismo", 112 [sqq]., 186 [sqq].; tambi�n ver Preuss, "Francmasoner�a americana", 175 [sqq].

[118] Mackey, "Diccionario", s. v. Phallus; Oliver, "Signos", 206-17; V. Longo, La Mass. Specul.

[119] Ritual, I (primer) grado.

[120] Pike (3), 128.

[121] Pike (4), 141.

[122] Pike, ibid., 100 sig.

[123] (1), 291 sig.

[124] Pike (4), III, 81; (1), 291; Ragon, l. c., 76-86.

[125] (4), I, 288 sig.

[126] Ibid., III, 142 sig.

[127] Ibid., III, 146.

[128] Ibid., IV, 474 sig.

[129] Ibid., IV, 478.

[130] Ibid., IV, 476.

[131] Ibid., IV, 547.

[132] "Abogado Mas�nico" de Indianapolis, Chr., 1900, I, 296.

[133] Chr., 1897, II, 83.

[134] (4), I, 271.

[135] Ibid., I, 280; (1), 516 sig.

[136] Chr., 1878, II, 28.

[137] (4), I, 311.

[138] Ibid., IV, 388 sig.

[139] Ibid, IV, 389 sig.

[140] (1), 849.

[141] Oliver, "Filosof�a Teocr�tica", 355.

[142] Oliver, Hist. Landmarks [Linderos Hist.], I, 11, 21; "Freemasons' Quarterly Rev"., I, 31; Casanova en Ragon, "Rit. 3r

Grado", 35.

[143] Pike (4), III, 68.

[144] Ibid., IV, 470, 479, 488, 520.

[145] Chr., 1880, II, 179.

[146] Ibid., 1892, I, 246. Para cr�ticas semejantes ver Chr., 1880, II, 195; 1875, I, 394.

[147] Gould, "Historia Breve" 419.

[148] Chr., 1893, I, 147.

[149] Chr., 1906, I, 202.

[150] "Nueva Edad", mayo, 1910, 464.

[151] "Acacia", II, 409.

[152] Ver Congr�s Intern. de Par�s, 1889, in "Compte rendu du Grand Orient de France", 1889; Browers, "L'action, etc.".; Br�ck, "Geh. Gesellsch. en Spanien"; "Handbuch"; art�culos en distintos pa�ses ,etc.

[153] Ver "Rivista", 1909, 76 sigs.; 1908, 394; "Acacia", 1908, II, 36; "Bauh�tte", 1909, 143; "La Franc-Ma�onnerie d�masqu�e , 1909, 93-96; "Compte rendu du Convent. Du Gr. Or. de France", 21-26 Sept., 1908, 34-38.

[154] Handbuch, 3rd ed., II, 517.

[155] Gruber (5), 6; Ewald, "Loge und Kulturkampf".

[156] Ver Herold, No. 37 y 33 sigs.

[157] tambi�n ver Chr., 1889, I, 81 sig..

[158] "Que personne ne bougera plus en France en dehors de nous", "Bull. Gr. Or"., 1890, 500 sig.

[159] Compte-rendu Gr. Or., 1903, Nourrisson, "Les Jacobins", 266-271.

[160] Compte-rendu, 1902, 153.

[161] Compte-rendu Gr. Or. de France, 1902, 381.

[162] "Riv"., 1892, 219; Gruber, "Mazzini", 215 sigs. and passim.

[163] Circular del Gran Oriente de Francia, 2 Abril, 1889.

[164] Ver "Cha�ne d'Union", 1889. 134. 212 [sqq]., 248 [sqq]., 291 [sqq].; y los "comptes rendus" oficiales del Congreso Mas�nico Internacional de Par�s, 16-17 de julio de 1889, y del 31 de agosto, 1 y 2 de septiembre de 1900, publicados por el Gran Oriente de Francia, y los "Comptes rendus des travaux" oficiales y regulares de este Gran Oriente, 1896-1910, y la "Rivista massonica", 1880-1910.

[165] Ver Internat. Bolet�n, 1908, 119, 127, 133, 149, 156; 1909, 186.

[166] Chr. 1905, II, 58, 108, 235.

[167] De una carta del Archivista J. Strahan, en Londres, a la Gran Logia de Massachusetts; Ver "The New Age", New York, 1909, I, 177.

[168] Berl�n, 10 mayo, 1908; 9 junio, 12 noviembre, 1909; 5, 19 febrero, 1910.

[169] Barcelona, 13 octubre, 1909.

[170] Circular de 14 octubre, 1909; "Franc-Ma�. d�m"., 1906, 230 sigs.; 1907, 42, 176; 1909. 310. 337 sigs.; 1910, un "Bolet�n Mas�nico Internacional", Berne, 1909. 204 sig.

[171] Rivista massonica, 1909, 337 sigs., 423.

[172] Bolet�n Oficial, septiembre, 1887. 173 sigs.

[173] Chr., 1906, II, 132.

[174] Chr., 1897, II, 148.

[175] Chr., 1888, II, 99.

[176] Chr., 1889, II, 146.

[177] "Keystone", citado en Chr., 1887, II, 355.

[178] Ver Boos, 304-63.

[179] Gruber (6), 141-236.

[180] Boos, 326.

[181] Chr., 1885, I, 85, 1900, II, 71.

[182] Chr., 1889, I, 308.

[183] Chr., 1897, II, 303.

[184] Chr. 1889, II, 257 sig.

[185] Historia Breve, 2.

[186] Ibid., p. xv.

[187] Chr., 1887, II, 340.

[188] Chr., 1887, I, 119.

[189] Chr., 1885, II, 355.

[190] Chr., 1887, II, 49.

[191] Chr., 1875, I , 113.

[192] Chr., 1890, II, 101.

[193] Chr., 1875, I, 113.

[194] Chr., 1887, I, 35.

[195] Chr. 1884, II, 17.

[196] Chr., 1890, II, 347: ver tambi�n 1898, I, 83.

[197] "Voice" citado en Chr., 1890, I, 98.

[198] "Voice" en Chr., 1893, I, 130.

[199] "Voice" en Chr., 1890, I, 98.

[200] Chr., 1899, I, 301.

[201] Chr., 1875, I, 81.

[202] Chr., 1875, I, 82.

[203] Chr., 1889, I, 178.

[204] Chr., 1889, II, 94.

[205] "Keystone" de Filadelfia citado por Chr., 1881, I, 414; la "Voice" de Chicago, [ibid]., 277.

[206] "Intern. Bol"., Berne, 1907, 98.

[207] Chr., 1882, I, 410; 1893, I, 185; 1899, II, 34.

[208] Chr., 1892, I, 259.

[209] Pike (4), IV, 547.

[210] Bauh�tte, 1905, 60.

[211] Preston, "Ilustraciones de la Masoner�a", 251 [sqq].

[212] Handbuch, 3rd ed., I, 219.

[213] Alocuci�n, 1865.

[214] Const. "Apostolic� Sedis", 1869, Cap. ii, n. 24.

[215] "De Secta Massonum" (Acta Sanct� Sedis, XVIII, 43-47.

[216] Ver "Collect. Lacensis", III, 1875 y "Acta et decr. Concil. plen. Balt. III", 1884.

OTRAS NOTAS. Las siguientes son las abreviaciones de los t�rminos Mas�nicos utilizados en este art�culo: L., Ls., GL, GLs, GO, GOs, Supr. Counc., GGs= Logia, Logias, Grandes Logias, Gran Oriente, Supremo Consejo, Gr. Cuerpos, etc.

Abreviaciones de los m�s frecuentemente citados libros y revistas: K.= Keystone (Filadelfia). V= "Voice" (de la Masoner�a), m�s adelante: "Voz y Revista Mas�nicas" (Chicago). Chr.= "La Cr�nica del francmas�n" (Londres); A. Q. C.= "Ars Quatuor Coronatorum". Transactions (Londres), la mejor revista cient�fica Mas�nica; Bauh.= Bauh�tte; Sign.= "Signale fur die deutsche Maurerwelt" (Leipzig); Enc., Cycl., Handb.= Enciclopedia, "Allgemeines Handbuch der Freimaurerei" (Manual Universal de Francmasoner�a) Leipzig. Esta �ltima enciclopedia alemana, en sus tres ediciones, bastante diferentes la una de la otra, pero todas ellas contienen informaci�n valiosa y precisa, son consideradas incluso por cr�ticos Mas�nicos ingleses y americanos (A. Q. C., XI, 1898, 64), y de lejos, como la mejor enciclopedia Mas�nico nunca publicada.

Clave para n�meros: En el art�culo precedente, un n�mero ar�bigo despu�s del nombre de un autor de varios trabajos indica el trabajo marcado con el mismo n�mero en la bibliograf�a siguiente. Otros n�meros se deben considerar seg�n las reglas generales seguidas a lo largo de la ENCICLOPEDIA.

BIBLIOGRAFIA. La Cr�nica del francmas�n -The Freemason's Chronicle- (Chr.), de la que se han publicado dos vol�menes cada a�o en Londres desde 1875, reproduce tambi�n en gran medida los art�culos principales publicados por los mejores peri�dicos Mas�nicos americanos, ofrece el mejor y m�s autorizado estudio general de la Francmasoner�a angloamericana. R. FR. GOULD lo describe as�: "Un peri�dico Mas�nico de primera clase" (Chr.,I,1893, I, 339). El autor del principio Mas�nico que hemos citado es el difunto ALBERTO PIKE, Gran Comendador de la Madre -[Padre] Supremo Consejo (Charleston, Carolina del Sur--Washington), reconocido como la m�s gran autoridad en todos los asuntos Mas�nicos. Seg�n NORTON "el renombrado Hermano PIKE (Chr., 1888, II, 179)generalmente reconocido como la mejor autoridad en jurisprudencia Mas�nica en Am�rica" (Chr., 1876, II, 243). Seg�n el Gran Orador ROBERT (Territorio indio) �l "fue el m�s grande erudito y escritor Mas�nico de este (XIX) siglo, cuyo nombre ha sido una palabra familiar dondequiera que la Masoner�a es conocida" (Chr., 1893, I, 25). seg�n la Nueva Edad, Nueva York, fue "considerado como la principal figura de la Francmasoner�a del mundo" (1909, II, 456), "el francmas�n m�s grande del Siglo XIX", "el Profeta de la Francmasoner�a" (1910, I, 52). "Su gran obra -- su Magnum Opus -- como la llam�", dice la Nueva Edad (1910, I, 54), "fue Los Rituales del Rito Escoc�s, tal como fueron corregidos y espiritualizados por �l". Y su libro ., frecuentemente citado por nosotros, es muy recomendado a todos los masones que buscan informaci�n seria y segura, por los famosos eruditos Mas�nicos TEMPLE (Bruselas) y SPETH, el difunto secretario de las sabias Logias Quatuor-Coronati de Londres (Chr., 1888, I, 389). Las cartas circulares de PIKE, seg�n el Bolet�n del Consejo Supremo de B�lgica (1888, 211) eran "verdaderos c�digos de la Sabidur�a Mas�nica". El bien conocido Hermano ingl�s. YARKER, 33, dice: "El difunto A. PIKE . . . fue s in duda un Papa Mas�nico, que gui� con cuerdas de marionetas a todos los Supremos Consejos del mundo, incluyendo a los Supremos Consejos de Inglaterra, Irlanda y Escocia, el primero de los cuales inclu�a al Pr�ncipe de Gales (ahora Rey Eduardo VII) Lord Lathom y otros Pares, que estaban en alianza con �l y en real sumisi�n" (A. E. WAITE, Culto al Demonio en Francia, 1896, 215). "El Handbuch alem�n (2a ed., 1879, IV, 138) llama a PIKE: "El supremo General de la Orden", y T.G. Findel, el historiador alem�n de la Masoner�a: "el rey sin corona de los Grados Superiores" (Bauh�tte, 1891, 126).

Publicaciones Mas�nicas. Enciclopedias: MACKEY, (1) Enciclopedia de la Francmasoner�a (Londres, 1908), incluso esta mas reciente edici�n, seg�n las autoridades americanas, es completamente anticuada y de poca mejora sobre la de 1860; IDEM, (2) L�xico de la Francmasoner�a (Londres, 1884); OLIVER, Dict. de la Francmasoner�a Simb�lica (Londres, 1853); MACKENZIE, La Real Encicl. Mas�nica [Royal Masonic Cycl.] (1875-7); WOODFORD, Kenning, Cycl. (1878); LENNING, Encycl. der Freimaurerei (1822- 1828); IDEM AND HENNE AM RHYN, Allgemeines Handbuch der Fr., 2a ed. (1863-79); FISCHER, Allg. Handb. d. Fr., 3ra ed. (1900); estas ediciones contienen informaci�n valiosa y responden a los requisitos cient�ficos mucho m�s que todas las otras enciclopedias Mas�nicas (A. Q. C., XI, 64); STEVENS, Enciclopedia de Fraternidades [Cycl. Of Fraternities] (Nueva York, 1907).

Ley y Jurisprudencia Mas�nicas: Las Constituciones de los francmasones, 1723, 1738; Neues Constitutionen Buch, etc. (1741); DE LA TIERCE, Histoire, Obligations, et. Statuts, etc. (Francfort, 1742); OLIVER, Jurisprudencia Mas�nica (1859, 1874); CHASE, Compendio de Ley Mas�nica (1866); MACKEY, Libro de Texto de Jurisprudencia Mas�n. (1889); VAN GRODDECK, etc., Versuch einer Darstellung des positiven innern Freimaurer. Rechts (1877), el mejor estudio general de leyes Mas�nicas de todos los pa�ses.

Hist�ricos: ANDERSON, Hist. de la Francmasoner�a en la primera edici�n y traducciones del Libro de Constituciones (muy poco confiable, aun despu�s de 1717); PRESTON, Ilustraciones de la Masoner�a (1772), ed. OLIVER (1856), aunque no fiable en algunos particulares hist�ricos, contiene mucha informaci�n valiosa de car�cter hist�rico y ritualistico; FORT, Hist. Inicial y Antig�edades de la Francmasoner�a (Filadelfia, 1875); ROWBOTTOM, Origen de la Francmasoner�a tal como se manifiesta por la Gran Pir�mide (1880); HOLLAND, Francmasoner�a desde la Gran Pir�mide hist�ricamente ilustrada (1885); CHAPMAN, La Gran Pir�mide, etc. (1886); WEISSE, El Obelisco y la Francmasoner�a, seg�n los descubrimientos de Belzoni y Gorringe (Nueva York, 1880); KATSCH, Die Entstehung und wahre Endzweck der Freimaurerei (1897); FINDEL, Historia de la Francmasoner�a (1861-2; 1905), traducido y revisado por LYON, 1869; influyente en la propagaci�n de m�s precisas nociones hist�ricas entre los masones; GOULD, Hist. de la Francmasoner�a (3 vols., 1883-1887), ahora reputado como el mejor trabajo hist�rico sobre la Francmasoner�a; CHETWODE CRAWLEY, Comentaria Hibernica (1895-1900); HUGHAN, Origen del Rito ingl�s de la Francmasoner�a (1884); Los Antiguos Cargos de los francmasones brit�nicos (Londres, 1872; 1895); KLOSS, Gesch. der Fr. in Engl., Irland und Schottland 1685-1784 (1847); BOOS, Gesch. der Freimaurerei (1896); HASCALL, Hist. de la Francmasoner�a (1891); Hist. Inicial y Transacciones de los masones de Nueva York (1876); McCLENACHAN, Hist. de la Frat. en Nueva York (1888-94); ROSS ROBERTSON, Hist. de la Francmasoner�a en Canad� (1899); DRUMMOND, Hist. y Bibliogr. Memoranda y Hist. de iymb. y Masoner�a del Arca Real en los EE.UU.; Suplemento a GOULD, Hist. (1889); THORY, Annales, etc., du Grand Orient de France (1812); KLOSS, Gesch. der Freimaurerei in Frankr. (1852-3); JOUAST, Hist. du Grand Orient Fr. (1865); LEWIS, Gesch. d. Freimaurerei i. Oesterreich (1861); ABAFI, Gesch. d. Freimaurerei in Oesterreich-Ungarn (1890 sigs.), Principios, Esp�ritu, Simbolismo de la Francmasoner�a. Fuentes principales:- Las Constituciones de los francmasones, 1723 y 1738; HUTCHINSON, Esp�ritu de la Francmasoner�a (1775); TOWN, Sistema de la Masoner�a Espec. (1822, Nueva York); OLIVER, Antig�edades de la Francmasoner�a (1823); La Estrella en el Este (1827); Se�as y S�mbolos (1830, 1857); PIKE, (1) Morales y Dogma del A. A. Rito Escoc�s de la Francmasoner�a 5632 (1882); IDEM, (2) El Libro de las Palabras 5638 (1878); IDEM, (3) El Porche y la C�mara de en medio. Libro de la Logia 5632 (1872); IDEM, (4) El Santuario Interior (1870-79); KRAUSE, Die drei �ltesten Kunsturkunden der Frmrei (1810), todav�a muy estimado, a pesar de errores hist�ricos, como una apreciaci�n cr�tica de la Francmasoner�a; FINDEL (la mejor autoridad alemana), Geist und Form der Fr. (1874, 1898); IDEM, Die Grunds�tze der Fr. im Volkerleben (1892); IDEM, Die moderne Weltanschauung und die Fr. (1885); IDEM, Der frmische Gedanke (1898); Bauh�tte (1858-1891) y Signale (1895-1905).

Publicaciones antimas�nicas: De 1723-1743, La Francmasoner�a inglesa y ANDERSON, Historia, fueron ridiculizadas en muchas publicaciones (GOULD, 2, 294, 327); contra la Francmasoner�a francesa aparecieron: L'Ordre des francmasones trahie 1738 (A. Q. C., IX, 85) y Le Secret des Mopses r�v�l� (1745); Sceau romptu (1745); con la ocasi�n de la Revoluci�n francesa: LEFRANC, Le voile lev� (1792). En los Estados Unidos el movimiento antimas�nico empez� en 1783: CREIGH, Masoner�a y AntiMasoneria (1854); STONE, Cartas sobre la Masoner�a y la AntiMasoneria (1832); PENKIN, Ca�da de la Masoner�a (1838) Catalogo de libros antimas�nicos (Boston, 1862); Sechs St�mmen �ber geheime Gesellschaften und Frmrei (1824); ECKERT, Der Frmrorden in seiner wahren Bedeutung (1852); HENGSTENBERG, Die Frmrei und das evang. Pfarramt (1854-56); Civilt� Cattolica desde 1866; NEGRONI, Storia passata e presente della setta anticristiana ed antisociale (1876); MENCACCI, Memorie documentate della rivoluzione italiana (1882); RINIERI, Cozetti Masonici (1900-01); ENIGMA, La setta verde (1906-7); GRUBER, Mazzini; Massoneria e Rivoluzione (1901), retraza la obra revolucionaria de la Masoner�a italiana desde 1870 hasta 1900; GAUTRELET, La Franc-ma�onnerie et la Revoluci�n (1872); JANET, Les soci�t�s secretes et la soci�t� 3ra ed., 1880-83), el mejor estudio general de la obra revolucionaria de las sociedades secretas en todos los pa�ses; BROWERS, L'Action de la Franc-m. dans l'hist. moderne (1892); LEROUSE, La Franc-m. sous la 3e R�publique (1886); COPIN-ALBANCELLI, La Franc-m. (1892); GOYAU, La Franc-m. en France (1899); NOURRISSON, Le club des Jacobins (1900); IDEM, Les Jacobins au pouvoir (1904); BIDEGAIN, Le Grand Orient de France (1905); NEUT, La F.-m. soumise au grand jour de la publicit� (1866), contiene valiosos documentos sobre la Masoner�a francesa, belga, y alemana; MALLIE, La Ma�onnerie Belge (1906), documentos sobre la m�s reciente actividad pol�tica de la Masoner�a belga; DE LA FUERTE, Historia de las Sociedades secretas antiguas y modernas en Espa�a, etc. (1870-71); BR�CK, Die geheimen Gesellschaften in Spanien (1881); TIRADO Y ROYAS, La Masoner�a en Espa�a (1892- 3); DE RAFAEL, La Masoner�a pintada por si misma (1883); PACHTLER, Der stille Krieg gegen Thron und Altar (1876); BEUREN (M. RAICH), Die innere Unwahrheit der Frmrei (1884); GRUBER, (4) Die Frmrei und die �ffent. Ordnung (1893); IDEM, (5) Einigungsbestrebungen, etc. (1898); IDEM, (6) Der "giftige Kern", etc. (1899); IDEM, (7) Frmrei und Umsturzbewegung (1901); Streifz�ge durch das Reich der Frmrei (1897); EWALD, (1899); OSSEG, Der Hammer d. Frmrei, etc. (1875); W. B., Beitr�ge zur Geschichte der F. In Oesterreich (1868); Die Frmrei in Oesterreich Ungarn (1897). En Polonia: MICHALOW, Die geh. Werkst�tte der Poln. Erhebung (1830; 1877); ZALESKI, O Masonii w Polsce 1738-1820 (Cracovia, 1908); sobre la Masoner�a anglosajona y francesa ver PREUSS, Un Estudio sobre la Francmasoner�a americana (San Luis, 1908), una cuidadosa discusi�n basada en los trabajos normales de Mackey y PIKE.

HERMANN GRUBER

Transcrito por Bobie Jo M. Bilz

Dedicado a R. Michael Steinmacher, III

Traducido por Oscar Olague